Las relaciones de pareja crecen, evolucionan y cambian, en función de unas etapas bien diferenciadas y definidas. Esto explica por qué no sentimos lo mismo cuando han pasado unos años de relación que cuando nos conocimos. Conocer estas etapas nos aporta seguridad y tranquilidad en la forma de enfocar las diferencias, así como para resolver los conflictos o sentimientos encontrados.
Así como las personas cambiamos, aprendemos, crecemos y maduramos, también ocurre con las relaciones de pareja, e identificarlo nos ayudará a disfrutar plenamente de la relación con la persona elegida para compartir nuestra vida. Las diferentes etapas de las relaciones de pareja son:
1. Enamoramiento
El enamoramiento es una etapa de emociones intensas, “mariposas en el estómago” y fuertes deseos de permanecer junto a la persona enamorada. El deseo y la pasión, con o sin actividad sexual, se convierten en los ingredientes principales de esta etapa, que hacen aflorar una intensa fantasía y creatividad, con la que sorprender a la otra persona.
En el enamoramiento toda la atención está puesta en los aspectos comunes que comparten los enamorados. Por tanto, el entendimiento y la comprensión están presentes en sus encuentros, sin percibir apenas los aspectos que los diferencian como personas distintas.
Debido a la magia del momento, y de los encuentros deseados, se tienden a evitar las discusiones y los conflictos. Por lo tanto, el comienzo en las relaciones de pareja, es con una etapa especial y apasionante, de descubrimiento del otro, lo cual querríamos que no se acabase nunca.
2. Conocimiento
En esta etapa, el enamoramiento da paso al conocimiento más profundo e íntimo de la otra persona. Y necesariamente, al descubrimiento de las diferencias y peculiaridades de ambos…
Cada persona, única y singular, empieza a mostrarse como es realmente, en su totalidad y autonomía. Cada persona empieza a compartir sus experiencias y vivencias personales. Ya no hay tanta idealización, sino que el encuentro comienza a ser más real.
-Anónimo-
3. Convivencia
La pareja se establece como tal, tras un periodo de conocimiento de ambos, donde la atención principalmente ha estado en la proyección de una vida en común y en proyectos. Se decide a compartir una vida, desde la convivencia y el hogar elegido por ambos.
La actividad sexual desciende, debido a la rutina, las responsabilidades y las cargas. El amor de la pareja se expresa de forma más afectiva, respetuosa y en forma de apoyo y entendimiento por una vida en común. Pueden surgir diferencias en la forma de resolver los conflictos y será necesaria la búsqueda de acuerdos y negociaciones.
4. Autoafirmación
Tras un tiempo de convivencia, de desear compartir todo, surgen las necesidades individuales, y la defensa de las mismas. Es el momento de plantearse hacer actividades por separado, respetando el vínculo y compromiso establecido en la pareja. En esta etapa pueden surgir conflictos debido a crisis personales no resueltas.
Es como un reencuentro con uno mismo tras haber estado una temporada centrados en el otro y en la relación de pareja. Al surgir de nuevo las necesidades individuales, cada uno de los miembros de la pareja, decide centrarse en sí mismo, al menos durante algunos momentos.
Llegados hasta aquí, la pareja decide profundizar en su relación, que se torna más madura y estable. Es el momento de tomar decisiones como la de llevar a cabo proyectos en común como tener familia.
Es una etapa donde aparece de nuevo la ilusión, la emoción y el entusiasmo por compartir lo que ambos han decidido crear. Por seguir construyendo entre los dos su futuro y proyecto de vida juntos.
“El amor son dos almas que se ven a través de los cuerpos”
-Anónimo-
6. Adaptación
La vida sigue, y se dan los cambios, si la pareja se adapta a éstos, se consolida y madura. Es un momento para la pareja de consolidación o ruptura, ya que se cuestionan la escala de valores personales y la compartida. Surgen nuevos intereses debido a los cambios, como la independencia de los hijos, la jubilación, enfermedades, etc..
Puede ser una etapa de re-encuentro, ya que las exigencias, responsabilidades y cargas de la vida son menores, y podemos volver a centrarnos en la pareja, para compartir nuevos proyectos, como fue en el principio de la relación.