Refrescos Ligth, Zero o Diet.
De valor nutricional nulo, no ayudan a hidratar el cuerpo, el alto contenido de fósforo propicia la descalcificación del cuerpo y muchos usan edulcorantes vinculados con el cáncer.
Jugos (zumos) en caja.
Además de tener menos valor nutricional que uno recién exprimido, suelen tener conservantes y/o azucares añadidos.
Sopas instantáneas.
Ya sea en la versión común o la light poseen altos valores de sodio y escasos aportes de nutrientes.
Duraznos (Melocotones) en conserva.
A pesar de ser fruta, el alto contenido de azúcar los hace poco recomendables, prefiera siempre frutas naturales y de ser posible que se puedan comer con la piel que es donde se encuentran la mayor parte de los nutrientes.
Sacos de té o café instantáneo.
Prefiera los tés o infusiones en hoja poseen más propiedades y no tienen conservantes, lo mismo pasa con los cafés instantáneos pierden nutrientes en lo procesos y también sufren agregados.
Noodles.
De escaso o ningún valor nutricional, además tienen un alto contenido de sodio.
Galletas saladas.
La mayor parte de estas galletas además de tener altos valores de sodio, tienen grasas saturadas.
Legumbres en conserva.
Todas se envasan en agua y sal con lo que se aumenta la ingesta de sodio además pierden valores nutricionales por lo que hay que tratar de usar fresco siempre que este disponible.
Verduras cortadas.
Cuando las verduras son cortadas y envasadas pierden nutrientes por el proceso natural de oxidación, siempre prefiera comprar las verduras en su tamaños y formas naturales.
Barras de cereales.
Existen una gran variedad de barritas en el mercado, algunas con alto contenido en fibra, son lo que prometen pero hay muchas que no lo son tanto, es por esto que hay que prestar atención a la etiqueta para poder ver las cantidades de azúcar, sal y grasas de cada barrita y que no nos pasen gato por liebre.