Si definiésemos el compost de una forma sencilla, podríamos resumirlo en un sólo párrafo. “el resultado de la descomposición de productos de origen animal y o vegetal que mediante la acción de determinadas bacterias beneficiosas acaban convirtiendo estos restos en un abono natural excelente“.
Hojas de árboles, una opción para echar al compost
Es una forma económica de conseguir abono para nuestras plantas o para nuestras hortalizas y además una manera de reciclar todos aquellos desperdicios orgánicos que un hogar medio genera durante su vida día tras día.
¿Qué restos orgánicos podemos echar en nuestra compostera? Aquí el abanico es amplio: restos de verduras, peladuras de frutas como manzanas, plátanos o peras, posos de café o té, cáscara de huevos, hojas de árboles o plantas, restos de podas, hierba recién cortada y un largo etc.
No falta en nuestra compostera
¿Qué no podemos echar? Si importante es lo que echamos en la compostera, por ejemplo los plátanos aportan potasio y las cáscaras de huevo calcio. También no debemos olvidarnos de lo que está prohibido echar o no es recomendable. Entre esos productos podemos encontrarnos con algunos ejemplos cómo: Heces humanas o de mascotas como el gato o el perro, productos de higiene personal usados, carne, huesos o restos de comida cocinada, productos lácteos o aceites usados.
Muchas veces cuando hablamos del compost o leemos alguna información sobre el tema. Lo primero que nos viene a la cabeza, son grandes composteras, lugares amplios al aire libre y con una necesidad de espacio que desborda nuestras necesidades y expectativas. Y es que muchos amantes de las plantas o personas que quieren cultivar en pequeñas terrazas no disponen del espacio necesario para tener su propia compostera al uso. Pero no por ello tenemos que renunciar a fabricar nuestro propio abono y hacer de una forma sencilla y sin necesidades de grandes alardes de medios técnicos.