Culpar a los demás y a las circunstancias es una forma fácil de no asumir la propia responsabilidad, una forma de disculparse frente a lo que ocurre. Pero también es la forma más eficaz de perder el control sobre la propia vida.
Muchas personas necesitan echarle la culpa a los demás y/o a las circunstancias, porque al sentirse víctimas también justifican lo que les ocurre. Así no necesitan hacer nada, y les basta con quejarse y esperar -como si eso fuera suficiente-.
“La gente está siempre culpando a sus circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. La gente que progresa en éste mundo es la gente que se levanta y busca las circunstancias que quiere, y, si no puede encontrarlas, las hace.”Compartir
Necesitamos encontrar una causa
La incertidumbre no es algo con lo que sea fácil vivir. Necesitamos saber dónde, qué y por qué, mantener el control y saber que de alguna forma se va a solucionar el problema. Así, si la culpa es de otro, la responsabilidad de la solución también.
Encontrar a alguien a quien culpar puede darnos la sensación de que se ha resuelto un problema cuando no hemos comprendido realmente su causa y su efecto. Pero culpando al los demás quedamos fuera de juego, a merced de lo que pueda pasar, sin capacidad ninguna para manejarnos.
Tomar el control de la propia vida culpando menos a los demás
Algunas personas tienen la satisfacción emocional de hablar de lo malas que son otras personas. Sin embargo, la investigación ha encontrado que cuando se habla negativamente de alguien, es más probable que el que escucha asocie la negatividad al que habla mal del otro. Los investigadores llaman a esto transferencia espontánea de rasgos.
Se necesita ser una gran persona para aceptar e interiorizar la propia responsabilidad sobre lo que ocurre. No se trata de cargar con toda la culpa cuando hay responsables, sino de ser capaz de aceptar la responsabilidad cuando realmente corresponde.
Si todo es culpa de alguien más, entonces, ¿qué parte puedo jugar en mi propia vida?, ¿mis acciones permanecerán sin consecuencias?, ¿soy tan impotente? Saber que podemos aceptar nuestra responsabilidad cuando las cosas van mal también significa que podemos aceptar la responsabilidad cuando las cosas van bien.
Tenemos que desarrollar la capacidad de ser lo suficientemente objetivos sobre nosotros mismos como para ser capaces de evitar asumir que probablemente nunca podríamos habernos creado problemas. También tenemos que distinguir entre aceptar la responsabilidad y sancionarnos a nosotros mismos indebidamente.
Busca la causa, pero no cualquier causa
Si algo no funciona, es fácil ser creativo y encontrar alguna razón para culpar a otra persona. Hay que aprender a relajarse y superar esa necesidad de buscar responsabilidades como primer objetivo, tolerar la incertidumbre temporal de no saber hasta obtener una perspectiva más amplia de las cosas. Hay que tomarse tiempo. Encontrar un culpable no soluciona nada.
“Cuando se es joven, es fácil sentirse molesto y protestar por muchas cosas, pero luego uno se da cuenta de que si uno logra controlarse causa menos problemas.”Compartir
Solo puedes crecer si te retroalimentas correctamente
Ser objetivo a la hora de reconocer un error es la forma de mejorar y desarrollarse. No progresamos como seres humanos simplemente por sobrevivir y armarnos contra el mundo. Tenemos que desarrollar la capacidad de responder a la vida y a retroalimentarnos a nosotros mismos evitando los efectos de la baja autoestima o la vanidad.
No hay ninguna vergüenza en cometer un error o en fracasar en algo. Solo una retroalimentación correcta sobre las causas nos permitirá aprovechar para mejorar. No crecemos esquivando errores, sino analizando sus causas y reconociendo las debilidades y limitaciones para buscar y poner remedio.
Olvida la culpa y céntrate en hacer mejor las cosas
Para algunas personas la culpa lo es todo. Pero luego, ¿qué queda?, ¿se soluciona algo con eso? Olvida la culpa y céntrate en tu objetivo, en solucionar lo que puedas y cambiar lo que haga falta para mejorar y hacer las cosas correctamente.
“Echarle la culpa de tus errores a tu naturaleza no cambia la naturaleza de tus errores.”