Biopiscinas, la alternativa sustentable
Una biopiscina cuenta con un ecosistema tanto dentro del agua como alrededor, que albergará vida, atraerá pájaros, insectos y convertirá cualquier patio o jardín en un verdadero espacio natural.
Las biopiscinas pueden ser de cualquier tamaño o forma, tipo laguna, piscinas privadas tradicionales o piscinas olímpicas. La diferencia no está en su aspecto sino en la manera de tratar el agua, ya que una biopiscina es aquella que no utiliza productos químicos para su mantenimiento, que provocan irritación de piel, mucosas y ojos y además contaminan. Ni procesos de electrólisis salina, con la correspondiente adición de sal al agua.
Una verdadera piscina ecológica tan solo contiene agua natural.
La vegetación, que podrá subsistir gracias a que el agua no es salada y no contiene químicos, será la encargada de mantener el agua transparente y limpia, ya que las plantas son un sistema de depuración natural y económico que preservará la calidad del agua y su filtrado. Estas plantas no deberán colocarse por toda la piscina, sino que en la construcción del vaso de la piscina se deberá destinar una zona de poca profundidad para las plantas acuáticas, cuyo tamaño dependerá del tamaño total de la piscina, y otra más profunda y despejada para el baño.
La zona en la que el agua se depura se encuentra apartada de la zona de baño y está llena de plantas. Según el diseño de la piscina será necesaria una bomba de agua, aunque basta que esté al mismo nivel, separada por una malla fina; que impida el avance del sistema vivo de filtros hacia el área de baño.
Todo el conjunto tendrá un aspecto y color natural, salvaje, sin olores y sin ruidos.
Ventajas frente a una piscina convencional
-La temporada de natación puede prolongarse gracias a una mayor temperatura del agua. El relieve, las plantaciones, las paredes y las barreras desempeñan todos un papel importante en la concepción global para proporcionar un microclima conveniente para la natación.
– Excelente inserción en el jardín y en el contexto ambiente. No hay ninguna transición dura en el entorno. La piscina biológica realza el principio de la coexistencia armoniosa como se encuentra en la naturaleza, se inserta completamente en el paisaje y resulta especialmente decorativa, incluso en invierno.
– Ausencia de productos químicos en el agua. La filtración es efectuada por la microfauna y la microflora acuática que se desarrolla en la grava y en las zeolitas de la zona de regeneración. Las plantas acuáticas, más allá de su función estética, absorben el nitrógeno y el fósforo disuelve en el agua. Las plantas sumergidas ayudan a mantener la oxigenación del agua.
– Intensa sensación de inmersión y contacto con la naturaleza durante la natación y la sensación de volver a los orígenes.
– Originalidad con relación a la piscina tradicional. Floraciones de las numerosas plantas acuáticas en todas las temporadas
– Bajo costo de mantenimiento y cuidado del medio ambiente. No se cambia el agua, solo se repone la que se evapora.