¿Cuántas veces te ha ocurrido tener un pensamiento o un recuerdo que no te permite avanzar o crecer?, ¿a que seguro ese problema o situación no te está dejando ser creativo o tener miles de ideas?
Por supuesto, porque no le está dando el espacio a la imaginación. Si no permites que la mente se libere… no podrás pensar en las cosas que realmente valen la pena.
Un experimento para liberar la mente
En 1987 un doctor llamado Daniel Wagner realizó una prueba con un grupo de personas. Les dijo que por 5 minutos traten de no pensar en un oso polar. Por supuesto, nadie pudo lograrlo. Pasado ese tiempo, el científico les indicó que ahora si tenían permiso de pensar en el animal blanco. A todos les fue muy simple hacerlo.
¿Cuál fue la conclusión a la que se llegó con este experimento? Que cuánto más tratamos de suprimir un pensamiento, con mayor fuerza aparecen y se mantienen. Y eso no termina allí, porque provoca y aumenta la preocupación cuando no podemos lograr nuestro cometido.
Además, está demostrado que cuánto más relacionada a las emociones esté la idea, más nos afectará el querer borrarla de la memoria. Este fenómeno fue denominado “efecto de rebote después de la supresión”.
Básicamente lo que nos dice es que la mente es demasiado rebelde y no suele hacernos caso. Sobre todo si el tema que ha sacado a la luz le interesa. ¿Cómo puede interesarle? Por la nitidez del recuerdo, lo que nos produce, los prejuicios que arrastra, etc.
Estrategias para liberar la mente
Por el momento no parece haber una manera totalmente eficaz para liberar la mente de esos pensamientos que nos desagradan o que querríamos olvidar para siempre. Sin embargo, existen estrategias que nos pueden ayudar en aquellos momentos en que el cerebro nos está jugando una mala pasada.
1- La distracción enfocada
La distracción enfocada es el primer método. Por ese nombre podemos interpretar varias cosas así que te daré un ejemplo sencillo. Cuando no queremos pensar en alguna cosa horrible es frecuente que no distraigamos con algo gracioso como una imagen que vimos en internet.
En el momento en que el recuerdo desagradable reaparece pensamos en otra cosa porque lo anterior no ha funcionado. Por ejemplo, la lista de la compra. Y así sucesivamente…
Los investigadores indican que esta técnica no funciona porque no reduce los pensamientos negativos y además nos provoca frustración e infelicidad. Si pasamos de idea a idea cada vez tendremos menos control de nuestra mente. Por el contrario, pensar siempre en lo mismo puede ser de gran ayuda. ¿Qué puede ser? Algo que te dé satisfacción y alegría: tus vacaciones ideales, los recuerdos de tu boda, momentos hermosos con tus hijos, etc.
2- Postergar el pensamiento
Postergar el pensamiento es también una idea que puede llegar a funcionar. Si en lugar de hacer todo lo posible para eliminar ese mal recuerdo, pensamos en que más adelante trabajaremos en él será más sencillo que se termine yendo por sus propios medios.
Por ejemplo, puedes reservar media hora al día para preocuparte de ese tema en particular. Cuando surja en tu mente ese pensamiento dile que en ese lapso te encargarás de él. Seguramente te olvides de esa cita y la idea quedará en la sala de espera hasta otro momento.
Esto te ayudará a su vez a enfocarte en las cosas que valen la pena y que merecen tu tiempo de verdad. El trabajo, el hogar o tus propias necesidades son mucho más importantes que traer a la mente una y otra vez la misma idea.
3- Meditar
Por último te recomiendo que medites. Seguro que piensas que de esta manera “podrás dejar la mente en blanco” y retirar todos los pensamientos ruines de tu cabeza. Pero esa no es la razón.
Cuando estás en posición de loto y con los ojos cerrados aparecen muchas ideas sin que las llames. En ese momento lo que debes hacer es dejar que se vayan solas sin forzarlas. Mantén tu atención en la respiración y en lo que pasa en tu cuerpo.
En lugar de pelear con tus pensamientos debes hacerte amigo de ellos. Si los observas y los aceptas verás también de qué manera siguen su camino y se guardan solos en el cofre de los recuerdos.
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