¿Necesitas maximizar tu tiempo de estudio?, ¿necesitas aplicar estrategias para aprender mejor? Conseguir enfocarse en el estudio es la clave para poder aplicar todas esas estrategias que seguro conoces. Las técnicas de estudio no son nada si no se consigue impulsar el foco.
Poner énfasis en impulsar el foco de estudio es importante para aquellas personas que compatibilizan el trabajo y/o la familia con el estudio o que vuelven a estudiar después de muchos años. Hace falta mucha fuerza de voluntad y mucha disciplina.
Pero, además, es necesario aprender a aislar todo lo que no tiene que ver con el estudio para poder enfocarse en él. Las técnicas que analizamos a continuación te ayudarán a aumentar tu motivación para el estudio y a enfocarte para alcanzar tus objetivos.
“Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.”Compartir
Filtra la información que recibes
Vivimos en un mundo saturado de información, desde noticias políticas, económicas y sucesos hasta novedades culturales, estrenos de cine, cotilleos y chismes, pasando por las novedades en nuestro entorno cercano y, como no, redes sociales y otros medios de comunicación masiva. Toda la información que nos rodea nos bombardea y hace que disipemos nuestro foco de atención.
Si quieres enfocarte en el estudio tienes que tomar medidas para filtrar la información que recibes y despejar tu mente. Debes aislarte de recibir información externa en la misma medida que necesites enfocarte. Eso implicará no atender las redes sociales, ver la televisión o escuchar la radio, leer revistas y periódicos y todas aquellas distracciones que te ayudan a procrastinar.
Si tienes que estudiar, tienes que estudiar, te apetezca o no. El hedonismo al que estamos acostumbrados nos hace pensar que todo hay que hacerlo por gusto y con gusto. Pues no. Independientemente de lo excitante que te parezca, si necesitas estudiar no pienses si quiera en si te apetece. Ponte a ello y no le des más vueltas.
No te sometas a la ideología limitante de que todo en la vida es disfrutar y que necesitas sentir un estímulo motivador y agradable para iniciar algo. Así solo conseguirás sucumbir a las miles de distracciones que encontrarás a tu alrededor.
Concéntrate en tus objetivos
Recuerda cada mañana que tienen grandes motivos para estudiar: tus objetivos. Estudias por algo y para algo. Y solo lo conseguirás si estudias.
Cada vez que estudias, estás dando un paso hacia sus metas.Compartir
Piensa cada mañana: ¿cómo voy a avanzar hacia mis metas hoy? Olvídate de qué te apetece hacer en ese momento, y piensa en lo que podrás disfrutar cuando consigas tus objetivos.
Primero estudia, luego relájate
Hace falta más que tiempo de estudio para asimilar los conocimientos. La información se absorbe y pasa a ser parte de ti cuando te relajas. Por eso, el descanso es fundamental tras el estudio. Necesitas descansar para asimilar la información. Por eso, robarle horas al sueño no es efectivo.
Además, tendrás que intercalar momentos de relax en tus sesiones de estudio. Además de intercalar unos minutos para moverte cada 30 minutos, deberías hacer una parada 20 minutos para hora y media en la que deberías descansar y relajarte para que la información se asiente en tu cerebro. Cierra los ojos y deja que lo que has aprendido sea absorbido.
Estudia antes de acostarte
Algunas investigaciones aseguran que dormir después de estudiar puede mejorar la memoria de lo que se ha estudiado previamente y consolidar el aprendizaje. Esto tiene mucho que ver con lo que explicamos en el punto anterior. Leer antes de acostarse también puede hacer maravillas en el fortalecimiento de la memoria a largo plazo.
Pero esto no significa que haya que robar horas al sueño. Se he demostrador que privarse del sueño para aprender disminuye significativamente el aprendizaje obtenido hasta tres días después.
Come bien y haz ejercicio
Estudiar no significa que tengas que olvidarte de la salud de tu cuerpo. Comer bien, evitando el exceso de cafeína y, por supuesto, el alcohol, es fundamental para rendir en el estudio. Los alimentos ricos en ácidos grasos esenciales son buenos alimentos del cerebro, y parece que ayudan a estimular la memoria y el recuerdo.
El ejercicio también es bueno para el cerebro, ya que se consigue un suministro extra de sangre y oxígeno al cerebro, lo que puede mejorar la función cerebral.
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