Su explicación del Universo
Toda civilización posee una cosmogonía, teoría filosófica, mítica y religiosa que explica el origen y organización del universo. El pueblo nórdico posee su explicación de la creación y origen del mundo, del surgimiento de la vida, de la naturaleza y de los dioses.
Tal cosmogonía parte del instante infinito en que sólo existía el vacío, el Ginnungagap, abismo insondable que contenía el germen de la totalidad de las cosas: Niflheim, al Norte, una región brumosa o reino del hielo eterno. Allí murmuraba la fuente Hvergelmir de la cual partían doce ríos helados.
Al Sur estaba el reino de fuego, el Muspellsheim, luminoso y caliente, con ríos de aguas ocres y venenosas, comparables con el infierno medieval. Estos mundos representan el bien y el mal en constante pugna, principios fundadores de la vida y base de la mitología nórdica.
Los primeros seres
A medida que los ríos helados se alejaban de la fuente, se fueron derritiendo a causa del calor de Muspellsheim y del hielo derretido surgió Ymir, un gigante hermafrodita de escarcha, padre de la estirpe de los Gigantes de Hielo. También surgió la vaca Audumla, de cuya leche se alimentó Ymir.
Estos dos primeros seres tuvieron descendencia en forma asexuada: Ymir se durmió y sudó, de su mano izquierda surgió una pareja de gigantes, y de sus pies un hijo. La vaca se alimentaba del hielo sagrado, y en tres días sus lamidas descubrieron un hombre: Buri, hermoso, grande y poderoso, que sería el patriarca de la familia de los dioses o Ases. Buri tuvo un hijo, llamado Borr, que se casó con la giganta Bestla, para procrear tres hijos: Odín, Vili y Ve. La primera tríada de Ases o Aesir, divinidades guerreras.
Odín y la formación del Universo
Odín y sus hermanos mataron a Ymir y en la sangre de sus heridas se ahogaron todos los gigantes menos la familia de Bergelmi. Odín y sus hermanos despedazaron el cuerpo de Ymir para formar el universo: del cráneo del gigante hicieron la bóveda celeste, de su cerebro las nubes, de su carne hicieron la tierra, de sus cabellos los árboles, de su sangre el mar y los lagos, de sus huesos las montañas, de sus muelas las rocas.
De los gusanos que brotaron de la carne de Ymir se formaron los enanos, a quienes los dioses dieron forma humana y raciocinio y, debajo de la tierra recién creada, pusieron a cuatro de estos enanos para sostenerla: Nordi, Sudri, Austri y Vestri (los cuatro puntos cardinales). De las chispas que salían del Mulpellsheim formaron las estrellas, ordenando sus órbitas.
La Tierra quedó rodeada del Mar exterior
En sus costas quedaron los gigantes que lograron escapar de la matanza. En su interior, protegida por una muralla que son las cejas de Ymir, levantaron un recinto central llamado Midgard, la Tierra Media, hogar de los Hombres. Un gigante fue convencido por Odín de tomar forma de águila, Hraesvelg y se le encomendó crear, con el batir de sus alas, el viento que proviene del norte del mundo.
La aparición de los humanos
Más tarde, Odín y sus hermanos tomaron dos árboles inertes de la playa y le dieron forma humana. Odín insufló en ellos el espíritu y la vida, Vili les otorgó pensamiento y sentimiento, y Ve les dio el oído y la vista. Los vistieron y les dieron nombres a los seres recién creados: al hombre llamaron Ask y la mujer Embla. De ellos descienden humanos, habitantes de Midgard.
La morada de los héroes muertos en combate
El reino de los Ases era el Asgard, donde había un imponente salón, el Valhalla, morada de los héroes que morían en combate, conducidos allí por las Valquirias, diosas guerreras que escogían a los más valientes. Este lugar celestial estaba unido a Midgard, la tierra de los mortales, mediante Bifrost, el puente del arco iris hecho de fuego para que los gigantes no pudieran atravesarlo.
Cada día cabalgan los dioses, cruzando el Bifrost, para estar con los humanos. En el Asgard también Odín tenía el Gladsheim, un palacio de oro con su trono desde donde presidía entre los demás dioses por su sabiduría. Éste es hogar de los doce dioses o ases y desde allí dirigen el destino de los hombres. Vingolf sería el palacio de las diosas.
Niflheim quedó como un tercer reino -tenebroso, mundo inferior- que sería, a partir de entonces, el hogar de los muertos.
El árbol sagrado: Yggdrasil
El concepto del árbol cósmico, como eje del mundo, está presente en todas las mitologías. Lo vemos en el roble de los celtas; el tilo de los alemanes; el olivo de los árabes; el banano de los hindúes; el abedul de los siberianos; el fresno de los escandinavos; etc. El hiomaragi japonés también es valorado como un árbol cósmico, igual que el Boddhi, bajo el cual Buda alcanzó la plena iluminación, por lo que desde entonces representa al mismo Buda en la iconografía primitiva.
Lo es también el árbol del Fruto del bien y del mal del Jardín del Edén y en el Árbol de la Vida Cabalístico. En el caso de la mitología nórdica se expresa con mucha fuerza, procedente de los indómitos bosques del norte de Europa y de toda la cultura celta/nórdica desarrollada alrededor de la sabiduría del árbol y su simbología.
Para dicha mitología, durante la creación, brotó de la tierra un gigantesco árbol de fresno llamado Yggdrasil, el mayor de todos los árboles y eje del universo. Junto a él tienen los dioses su tribunal. Sus ramas se extienden por todos los mundos y sostiene el cielo.
Sus tres raíces
Las tres raíces del árbol llegan, una donde los Ases, otra donde los Gigantes de Hielo y la otra llega a Niflheim. Bajo la raíz que va a donde los Gigantes está la fuente de Mimir, que oculta la sabiduría y el conocimiento. El gigante Mimir bebe de esta fuente, y de ella dio a beber a Odín, quien le dio en prenda su ojo a fin de alcanzar la sabiduría.
Así, los tres mundos, el de arriba (de los Ases), el del medio (de los hombres) y el de abajo (de los muertos), se comunicaban por el sagrado fresno Yggdrasil en cuya base brotaba el manantial del destino de donde surgieron las Nornas: Urd, Verdandi y Skuld (pasado, presente y futuro), que modelan el destino de los hombres, su opulencia y su miseria. También las nornas de los elfos y de los enanos.
La última batalla
Este mundo de los dioses y sus gestas tendría un fin, el Ragnarok u ocaso de los dioses, el día final donde la casta de los dioses se extinguiría en una feroz batalla mortal.