Los malos momentos son necesarios para encontrar la felicidad, analizar nuestras acciones y crecer. Aunque te guste pensar que lo mejor son esos días que están llenos de risas y alegría, los que te hacen ser tú pueden ser los menos agradables. Un mal momento, nos puede ayudar a avanzar.
Algo que resulta clave en un mal momento son las decisiones que tomamos. La más básica es cómo te enfrentas a lo que sucede: con optimismo o con rechazo. A partir de aquí surgen muchos caminos.
Esta vez te queremos hablar de las decisiones que no debes tomar en un mal momento. Por muy difícil que te resulte, en algunas ocasiones es mejor mantener la calma y esperar a que la situación cambie. De no hacerlo así podrías arrepentirte por haber elegido mal.
1. Terminar relaciones
Mentiras y situaciones complejas te pueden hacer creer que la mejor decisión para ese mal momento es terminar la relación. Antes de dar por concluída una amistad o una relación de pareja date tiempo para pensar en lo que pasa.
Lo que en un inicio te podría parecer tan grave, luego puede parecer una tontería. Incluso eventos como discusiones y decepciones pueden tener una solución si les das algo de tiempo. Nuestra recomendación es que evites decir cualquier cosa que lastime al otro.
Date un par de horas o un día para pensar la situación. Cuando estés calmado podrás regresar y conversar sobre lo que pasó. Tanto en las relaciones de amistad como de pareja son comunes las discusiones.
Ya sé que en medio de una discusión o de un mal momento pueden surgir comentarios poco amigables. Esto se entiende y aunque pueden herir también es posible seguir adelante. Pero tendrás un problema si haces comentarios que lastiman a propósito. No vale traer a colación peleas anteriores, comparaciones o cosas que sabes que afectarán a la otra persona.
En un primer momento pensarás que tendrás ventaja de este modo, pero irás perdiendo la confianza. No necesitas lastimar a nadie para sentir que has ganado. Recuerda que el otro lado también es una persona que no merece ser lastimada. En el peor de los casos podrías encontrarte con que las personas que amas se alejarán de ti.
3. Dejar tu empleo
Cuando pases un mal momento no debes dejarte llevar por las emociones. Quizás ahora piensas que tu empleo es todo lo que no quieres. ¿Realmente es así? A veces nos sentimos sobrepasados por el estrés y las presiones.
Date un tiempo para analizar tu situación. Es probable que realmente no estés donde quieres y entonces sí es válido moverte a otra opción. Pero si solo crees que estás siendo sobrepasado considera tomarte un descanso.
Si no te es posible dejar tu empleo por completo o tomar vacaciones en el momento, al menos procura aprovechar el fin de semana. Descansa o realiza actividades que te ayuden a olvidar las obligaciones diarias.
4. Iniciar relaciones
Así como no debes terminar ninguna relación cuando estás en un mal momento tampoco debes iniciar otras. En específico me refiero a aquellas que pueden afectarte seriamente. No es malo iniciar una amistad pero sí una relación de noviazgo o matrimonio.
Puedes pensar que esta clase de decisiones le darán estabilidad a tu vida. Sin embargo, para que la estabilidad sea real y duradera, la relación debe estar basada en sentimientos verdaderos.
Si inicias una relación creyendo que esa persona solucionará tus problemas, estás creando más problemas. Toma en cuenta que incluso las relaciones donde hay amor pueden fallar cuando existen otras carencias. Esto se agrava en las relaciones “de paso” o “salvavidas”.
Aprende del mal momento y avanza
Un mal momento no es el final de nada, no te condena ni te limita. Aprende a ver las situaciones negativas como lo que son: parte de la vida. Muchas veces cometemos el error de querer escapar de todo lo malo. En el proceso nos perdemos enseñanzas y momentos importantes.
Llora si lo necesitas, enójate cuando la situación lo merezca y aléjate lo necesario para poner en orden las ideas. De esta forma procesarás mejor toda la información, evita decisiones apresuradas y tendrás menos cosas de las que arrepentirte.
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