Ser hipocondríaco no significa estar enfermo. La paradoja de la hipocondría es que quienes la sufren no quieren asumir que “sufren por algo imaginario”, mientras se justifican diciendo que están enfermos. Este doble filo está en el centro de muchas de sus obsesiones.
No sorprende comprobar que la investigación muestra que la hipocondría es hereditaria, pero no porque sea una mutación o defecto de los genes que pasa generación tras generación, sino porque la hipocondría es una actitud aprendida. Tampoco sorprende comprobar que las personas que han sido testigos de una enfermedad grave son más propensos a ser hipocondríacos.
Hipocondría: Obsesionado con lo peor
Una característica clave de la hipocondría es la incapacidad de tranquilizarse o ser tranquilizado ante una situación en la que el hipocondríaco solo puede ponerse en lo peor y sufre un estado de ansiedad por ello. Los hipocondríacos fantasean sobre las cosas malas, buscan signos que confirmen sus fantasías como algo real y, de este modo, encuentran justificación para creer en esas fantasías.
Una manera de luchar contra la hiponcondría es intentar tratarla desde el análisis de los propios pensamientos y por qué se alteran. Los pensamientos negativos pueden ser extremadamente poderosos. Pero en este caso el problema no es solo del pensamiento, sino de los sentimientos que provocan.
Es más fácil y mucho más potente desenredar el sentimiento de los pensamientos que tratar de parar directamente a los pensamientos. Una vez que los sentimientos se han ido, los pensamientos se vuelven mucho menos convincentes.
Lo que no funciona con los hipocondríacos
El peor consejo que se le puede dar a un hipocondríaco es pedirle que trate de no pensar en lo que le agobia. Esto se debe a que, al tratar de no pensar en algo las personas (todos) nos centramos todavía más en ello.
La distracción es una técnica mucho más eficaz cuando surge ansiedad, pero tiene que ser algo que surja de manera natural. De lo contrario, el hipocondríaco será consciente de que el motivo por el que trata de distraerse es el miedo a sufrir, con lo que el pensamiento negativo vuelve a estar en el centro del problema.
Estrategias para superar la hipocondría
Los siguientes consejos serán de mucha utilizadad para aquellos que sufran de hipocondría.
1 – Aprende a relajarte
Las emociones impulsan los pensamientos. Las emociones son como el agua que necesita encontrar un recipiente para coger forma. De este modo, cuanto más te relajes tu imaginación tendrá menos poder para dar forma a los pensamientos que te crean ansiedad.
2 – Confía en ti mismo
Antes cualquier situación estresante o angustiante, recuerda y reflexiona sobre el hecho de que tu cuerpo es tu amigo y debes cuidar de él. Ten fé en ti y cuídate. ¿Por qué decimos esto? Curiosamente, la investigación muestra que los hipocondríacos son menos propensos a cuidar de su salud. Tal vez en un intento por intentar calmar los nervios, hay muchos hipocondríacos que fuman, beben y hacen poco ejercicio, incluso que comen de más.
3 – Dale un descanso a tu cuerpo
Los hipocondríacos suelen ser hiper-conscientes de cada olor, de cada dolor, de cada cambio que perciben en su cuerpo o a su alrededor el cual pueda afectarles. Estas alteraciones percibidas provocan variaciones en sus sentimientos.
Pero el cuerpo está enviando siempre mensajes al cerebro y viceversa. Y la gran mayoría de estos mensajes son inocuos. La mayoría de las veces estas sensaciones significan que el cuerpo está haciendo lo que debe hacer. Y recuerda, al comenzar a preocuparte menos, comenzarás a enfocarte hacia afuera, a participar en la vida y a conectar con los demás
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