¿Quién tiene la razón respecto a la dieta ideal?
¿Porqué nos cuesta tanto a los seres humanos ponernos de acuerdo incluso para algo tan sencillo como es "cual es la dieta más recomendable"?.
Los higienistas te dirán que los alimentos crudos te transmiten la energía de la Tierra y que el fuego la aniquila. Además te explicarán que los alimentos cocidos empeoran la salud y que eso se demuestra con la leucocitosis postpandrial.
Los macrobióticos, en cambio, argumentarán que los alimentos crudos te enfrían y desvitalizan ya que el fuego te yanguiza, te fortalece y es el fuego el que nos ha hecho evolucionar más que a los animales.
Los hindús te dirán que el ajo y la cebolla te apartan del camino espiritual y, en cambio, aquí en el Mediterráneo las defendemos a capa y a espada ya que son una de las bases de una de las dietas más sanas del mundo.
Así podríamos repasar todas las tendencias dietéticas que existen. Todas aportan datos científicos y casos reales que experimentaron mejorías asombrosas.
¿Hay alguna terapia mejor que otra?
Lo mismo nos ocurrirá con las terapias como la Acupuntura, la Homeopatía, la Quiropraxia, etc.
Mi reflexión particular es que, a menudo, no vemos más allá de lo que nuestra vista alcanza y pensamos que todo termina allí.
En muchos casos detrás de esa creencia de que nuestra terapia es la que mejor funciona lo que hay es inseguridad. Inseguridad de perder pacientes, si los derivamos a un colega de otra especialidad si vemos que con nosotros no mejora.
Inseguridad de pensar que hay otras teorías validas además de la tuya.
Y sobre todo la creencia de que nosotros hemos venido a salvar al mundo y de que los pacientes sólo mejorarán si acuden a nosotros.
No a todos nos funciona lo mismo
Así cuando una persona hace una dieta (por ejemplo Ayurveda) y le va bien, se extraña que un amigo le diga que a él no le funcionó. Lo más normal es que piense que seguro que no lo hizo bien.
La necesidad de aferrarnos a algo
A menudo, cuando estamos en momentos de crisis personal es cuando nos aferramos con todas nuestras fuerzas a una dieta, a un deporte o a una religión.
Es lógico ya que necesitamos asirnos a alguna cosa que creamos indestructible y que nos garantice que a partir de ahora todo va a cambiar y será maravilloso.
La reflexión sobre este tema es que nunca hemos de generalizar. Por suerte cada ser humano es único e irrepetible con lo cual nunca todo será valido para todo el mundo.