Desde su creación, los aceites vegetales han sido promocionados como productos saludables en todos los ámbitos, especialmente al ser comparados con las grasas saturadas.
Sin embargo, hoy conoceremos la verdadera historia de estos peligrosos aceites gracias a los resultados de investigaciones científicas recientes.
Por esto, te invitamos a conocer 5 importantes argumentos que desmentirán los mitos de los aceites vegetales.
Por Nutrición Sin Más
Los aceites vegetales son producidos con algunas clases de semillas como por ejemplo, las semillas de soja, girasol o algodón.
Para su producción, estas semillas se someten a un complicado e intenso procesamiento en el que son utilizados disolventes tóxicos que contaminan el aceite, desodorantes para evitar los olores indeseados y temperaturas elevadas que oxidan las grasas.
También, todo este proceso artificial da lugar a la elaboración de enormes cantidades de grasas trans, grasas tóxicas que incrementan el riesgo de padecer numerosas enfermedades.
Pero hay más, ahora veremos el por qué los aceites vegetales hacen tanto daño a la salud.
Los aceites vegetales son productos refinados y procesados que pierden todas las propiedades saludables durante su elaboración.
La utilización de sustancias químicas agresivas que elimina gran parte de sus nutrientes, nutrientes que normalmente se encuentran de forma natural en las semillas.
Esto origina un producto con una pequeña cantidad de nutrientes, o sin nutrientes, no teniendo efectos positivos para la salud además de ser fuente de muchas calorías.
Los alimentos que cumplen con esta descripción son llamados “calorías vacías”.
- Ácidos grasos omega 6
Los ácidos grasos omega 6, del mismo modo que los omega 3, son grasas esenciales que no pueden ser producidas por nuestro cuerpo y que debemos obtener de los alimentos que consumimos.
Los ácidos grasos omega cumplen varias funciones vitales en nuestro cuerpo: son el combustible de las mitocondrias celulares y se vinculan a la coagulación sanguínea, inflamación y la inmunidad, también son parte de la estructura celular.
No obstante, es requerida una proporción equilibrada de grasas omega 3 y omega 6 para que ambas cumplan las funciones que les corresponden.
¿Y cómo se relaciona esto con los aceites vegetales?
Los aceites vegetales tienen importantes cantidades de omega 6, pero casi nada de omega 3, lo que origina la formación de eicosanoides proinflamatorios que:
Promueven la multiplicación de células.
- Originan reacciones alérgicas.
- Favorecen la aparición de ateromas y trombos.
- Enfermedades cardíacas
El ácido linoleico es un ácido graso omega 6 que se encuentra en abundancia en los aceites vegetales.
Esta grasa es caracterizada por su gran sensibilidad a la oxidación y por tendencia y facilidad al acumularse en las membranas celulares.
Según distintas investigaciones, el excesivo consumo de ácido linoleico incrementa el estrés oxidativo y reduce la producción de óxido nítrico que significa:
- Incremento de la inflamación.
- Oxidación del colesterol LDL.
- Mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
- Mayor riesgo de aterosclerosis, trombosis, etc.
- Pérdida de la capacidad para regular la tensión y la coagulación.
- Grasas trans
Las grasas trans son grasas tóxicas producidas durante la elaboración de aceites vegetales, introduciendo moléculas de hidrógeno en el aceite.
Consumirlas en la dieta se ha vinculado al incremento del colesterol LDL, de la inflamación, de la resistencia a la insulina, de un mayor riesgo de disfunción endotelial, diabetes, cáncer y enfermedades cardiacas.
- Cáncer
Dicho previamente, las grasas de los aceites vegetales son sensibles a la oxidación causada por los radicales libres, y esta es parte de los factores de incremento de riesgo de cáncer.
Mientras las grasas encontradas en los aceites vegetales refinados se oxidan, pueden producirse reacciones en cadena que terminen deteriorando de forma grave otras proteínas y podrían favorecer la producción de sustancias carcinógenas.
En último lugar, hay plena evidencia científica que comprueba y confirma que el consumo de aceites vegetales incrementa las probabilidades de desarrollar cáncer en seres humanos.