Muchas personas piensan que la felicidad reside justo al lado de las metas que nos proponemos, quedando así aplazada hasta que las alcancemos. Otras personas se creen que para encontrarla, deben tener un número con muchos dígitos en su cuenta o disponer de lujosas pertenencias materiales.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad, la felicidad no está relacionada con la consecución de sueños o los bienes materiales que tengamos, es mucho más simple de encontrar.
La felicidad es un camino
La felicidad es la senda que recorremos cada día, es el proceso de conseguir las cosas, es el hecho de poder saborear cada minuto, de disfrutar lo que estamos haciendo, de saber que llegaremos a nuestra meta pero sin importar el camino porque nos gusta recorrerlo.
La felicidad es saber que de los errores se aprende, que la frustración es un maestro y que las personas que están a nuestro alrededor son las que realmente merecen estarlo. La fórmula mágica para encontrar este maravilloso camino no es más que disfrutar de la sencillez de las pequeñas cosas, los pequeños momentos se convertirán en grandes recuerdos en nuestro corazón.
Aunque la felicidad a veces parece que se aleja de nosotros, está más cerca de lo que te puedas imaginar ahora mismo, es por eso que necesitas mirar la vida con perspectiva y darte cuenta, que ahora mismo tienes un motivo para sonreír, ¡seguro!
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La sencillez es la clave para tener felicidad
Muchas personas se centran en buscar la felicidad en formas demasiado complejas, pero afortunadamente, para compartir nuestra vida con ella, no es necesario. La sencillez de dar un paseo por el parque, de abrazar a tu madre, de decirle a tu hijo que le amas, de dar un beso a tu pareja, de salir a comer con tu hermana… son esas pequeñas cosas las que realmente te harán feliz cada día.
No se trata de saturar tu agenda de propósitos pendientes, ni de tomar decisiones innecesarias o de buscar cosas materiales para llenar un vacío interior… permite y valora lo simple y te darás cuenta de como la felicidad se queda sin espacio por el que escapar.
La facilidad de dar las gracias y estar satisfecho
Hay muchas personas que no saben cómo estar satisfechos en la vida y a veces es tan fácil como dar las gracias a otras personas o a uno mismo.
Hay quienes están demasiado ocupados comprando cosas nuevas, trabajando horas extra para tener un coche mejor y desatienden a la pareja o a los hijos, perdiendo el tiempo en cosas que no les llenan o no les satisfacen… y se olvidan de lo más importante: agradecer lo que tienen hoy sin importar lo que tendrán mañana.
“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.”Compartir
Vive tranquilo y deja vivir a los demás
A veces, las personas nos preocupamos demasiado por lo que otras personas hacen o dejan hacer, solo por el pánico que nos produce mirar hacia nuestro interior. Tienen tanto miedo en descubrir lo que sienten, que se dedican a hablar o a pensar en cómo las otras personas deberían vivir sus vidas.
Pero si quieres que la felicidad te acompañe, respeta a los demás del mismo modo que quieres que te respeten a ti. Nadie está por encima de ti y tú no estás por encima de nadie, por eso nadie debe pensar ni está autorizado en decir u opinar sobre qué deben de hacer o dejar de hacer los demás.
Mejora tu sentido del humor
El sentido del humor alarga la vida y nos hace ver las cosas desde un punto de vista mucho más positivo. A veces, no es necesario tomarse las cosas demasiado en serio y es de sabios escoger las batallas adecuadas para no intoxicar nuestros pensamientos.
Por este motivo no dudes en reír o hacer bromas cuando algo te salga mal. La risa te ayudará a tener mejor salud y a aumentar la calidad de tus relaciones.
“La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.”Compartir
Aprender de los errores para que la felicidad esté a tu lado
Si aprendes de los errores, la felicidad estará en tu vida ya que no sentirás decepción sino aprendizaje. El recuerdo del fallo no empañará la siguiente vez que lo intentes; todo lo contrario, será mejor porque ahora eres más grande, gracias a tu error.
Te sentirás bien al reconocer tu propio progreso, al alimentar tu propia autoestima. Poco y ningún camino hacia el éxito se entiende sin los fallos, sin volver hacia atrás para coger carrerilla. El mundo no se para mientras piensas en el pasado, ¡hay que seguir avanzando!
Recuerda que la felicidad, como el amor, suele mostrarse escurridiza cuando tratas de atraparla… deja que camine libre y practica con ella el juego de la seducción. En tus manos tienes el poder de dibujar un millón de motivos para que la felicidad se quede a tu lado.
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