Evidentemente
el tema de la fiesta es siempre la diversión, el espectáculo, la juerga y el
baile. Sin embargo, para conseguir unidad en los conceptos diversos a que se
sujetan las alegorías de los desfiles, las coreografías de las coronaciones, los
adornos de la ciudad, la imagen total del carnaval, pues, fue necesaria la
determinación de un tema específico, mutable año con año.
El
precedente de esta noción, se encuentra en la temporada de 1943, cuando la
Segunda Guerra mundial estaba en desarrollo y México se había sumado a ella
luego de que submarinos alemanes hundieran embarcaciones nacionales en el
Atlántico. El fin de la “Triple Entente” a manos de los ejércitos “Aliados”
parecía cercano, anticipando el posible triunfo los mazatlecos decidieron
celebrarlo a su modo y denominaron a la fiesta de ese año “El Carnaval de la
Victoria”.
Diecinueve
después se establecería definitivamente el tema anual para la fiesta por
iniciativa del ingeniero Leopoldo Reyes Ruiz, mejor conocido en el ámbito
carnavalero como “Pepegrillo”. Mare Amore e fantasia fue el tema
elegido en 1962 que sirvió para crear un concepto para el desfile, el cual por
primera vez fue organizado en secciones, tal como lo conocemos
ahora.
Desde
entonces, años tras año, el carnaval mazatleco recibe un tema particular que
alude en ocasiones a regiones geográficas y momentos históricos ( Fantasía
Oriental; Viva América, en ocasión del V centenario del
descubrimiento; Mazatlán de mis Recuerdos; Un Brindis al
Pasado), a la literatura de aventuras, los mitos, la fábula y la leyenda
(La Vuelta al Mundo en pos de la Alegría; Las Mil y una
Fantasía; Un Almanaque de Aventuras; “Había una Vez...”;
Del Mito al Mitote), al mundo del espectáculo (El Mayor Espectáculo
sobre la Tierra, sobre las más famosas comedías musicales; Hollywood
Inolvidable; El deslumbrante Reino del Espectáculo) o la cultura
popular (Que me siga la Tambora; Fiestas y Tradiciones de
México).