Decía Séneca que cuando el sol se eclipsa para desaparecer se ve mejor su grandeza. La mayoría de nosotros pasa por la vida buscando “más”, ser más rico, más bello, más inteligente, más querido. Así, en ese estado de querer tener más que los demás, nos olvidamos que esa búsqueda de grandeza solo esconde pequeñez de espíritu, porque en realidad es señal de grandeza disfrutar de lo pequeño y realizar pequeños actos que demuestren que eres valiente.
No solo es valiente quien realiza un acto heroico, quien lucha contra un opresor, quien hace grandes obras por los demás, también es un héroe quien va a visitar a un amigo enfermo, quien consuela a un niño que llora, quien se atreve a regresar al lugar donde le rompieron el corazón.
“Disfruta de las pequeñas cosas, porque tal vez un día vuelvas la vista atrás y te des cuenta que eran las grandes cosas.”Compartir
El eneatipo del dubitativo y su virtud oculta: la valentía
El eneagrama es una técnica que utilizan los psicoterapeutas, coaches y psiquiatras y que clasifica la personalidad en 9 caracteres diferentes llamados eneatipos. Estos caracteres representan una forma de comportarse estable -en el tiempo y en las circunstancias- y además tienen una carga genética importante.
Los 9 eneatipos, a grandes rasgos son los siguientes (entre paréntesis el defecto de cada uno): el perfeccionista (ira), el ayudador (orgullo), el buscador de éxito (vanidad), el diferente (envidia), el desapegado (avaricia), el dubitativo (miedo), el entusiasta (gula), el dominante (lujuria) y el pacificador (pereza).
El coraje y la valentía suponen hacer frente a los miedos e ir hacia lo que tememos, con decisión y confianza, conociendo los riesgos. ¿Pero cómo hacer frente a los miedos y actuar como un valiente? Lo vemos a continuación.
El comienzo para ser valiente: el perdón
Cuando alguien nos hace daño tendemos a la venganza por encima de todo, a hacer pagar a quien nos ha hecho daño. Cada vez que pensamos en la venganza la herida que nos han hecho, ya sea emocional o física, se abre y duele para hacernos sentir el sufrimiento de nuevo.
El remedio contra este círculo de dolor es el perdón. El perdón ha sido definido como el cambio de una serie de conductas destructivas contra el que nos ha hecho daño, por otras constructivas.
El perdón es el paso necesario que hay de pasar de la sed de venganza a la valentía de no ser dominados por el odio, sino por la liberación del daño que nos hicieron.
Hay quien opina que el perdón no solo implica ese cambio de conductas del que hemos hablado, sino también una acción positiva hacia esa persona que nos ha hecho daño. Por otro lado, el perdón no es una acción única sino un proceso que pasa por varias etapas que se van completando hasta alcanzar el perdón completo.
“Perdonar no es olvidar, es recordar sin que te duela”.Compartir
Regresa donde te hicieron daño
Volver al lugar donde nos hicieron daño es un acto de valentía, que puede parecer pequeño, pero nos hace héroes cotidianos. Cuando el sentimiento que nos provoca un lugar es muy intenso, porque nos trae muchos recuerdos, evitamos volver.
Sin embargo, a veces para perdonar es necesario regresar de una manera especial: aprendiendo a gestionar lo que sentimos cuando volvemos, no dejándonos llevar por ello.
¿Qué sientes cuando vuelves al piso donde vivías con la pareja que te ha dejado? Al principio, sentirás frustración, tristeza y vendrán a tu mente muchas imágenes del pasado, felices y no tan felices, pero no puedes olvidar que estás en el presente porque es el tiempo presente el que debes disfrutar y vivir. Borra poco a poco esos recuerdos y construye otros, que estén basados en tu valentía y en el perdón.
“La vida se dilata o expande en proporción al propio coraje.”