El cuidado de nuestra salud sexual favorece que tengamos una mejor calidad de vida. Es un aspecto fundamental al que hay que atender, puesto que de ello depende también nuestra salud física, mental y emocional. Un buen indicador de salud es tener una vida sexual activa: la apetencia sexual aparece gracias a que existe un excedente de energía. Ese excedente implica haber cubierto las necesidades básicas como el alimento, el cuidado, la seguridad, etc.
Este 14 de febrero se celebra el Día europeo de la salud sexual, una iniciativa creada por la Alianza Europea para la Salud Sexual (ESHA). El motivo es el de concienciar sobre la necesidad de adquirir hábitos sexuales saludables.
Estos hábitos forman parte del modelo de sexualidad saludable que se basa en el bienestar, el respeto, la responsabilidad, el disfrute, placer, etc. Este modelo tiene como característica fundamental ampliar el concepto de sexualidad, donde está incluida nuestra salud sexual.
¿Qué es la salud sexual?
Según la Organización Mundial de la salud (OMS), la salud sexual es: “Es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia”. Así, cuidar de nuestra salud sexual supone comprender la importancia que tiene para nuestra calidad de vida:
A nivel biológico la descarga de energía sexual nos aporta grandes beneficios: interviene en la oxigenación del cerebro, en nuestro equilibrio hormonal, en la respiración y reducción de estrés y en la tonificación de la musculatura.
Psicológicamente una buena salud sexual incrementa nuestra confianza y nivel de intimidad. Aprendemos a desarrollar mejor la amabilidad, la compasión; y experimentamos un aumento de autoestima, por lo que nuestros vínculos sociales y afectivos se fortalecen.
Hábitos sexuales saludables
Es importante comprender que somos personas sexuadas desde que nacemos hasta que morimos, es algo que nos acompaña a lo largo de todas las etapas de nuestra vida y que no podemos descuidar. Estos son algunos de los hábitos sexuales saludables más importantes a tener en cuenta:
- Las relaciones sexuales van más allá del aspecto genital, contribuye todo el cuerpo en su globalidad, ofreciéndonos la posibilidad de experimentar placer.
- La relación sexual no se centra solo en la técnica de la penetración, no es lo más importante, ni es la finalidad.
- Si hay medicamentos que interfieren en el deseo sexual, entonces hay que dedicarle más tiempo al encuentro sexual, siempre de una forma paciente y global.
- No sobrecargarse de expectativas, ya que es necesario partir de un estado de relajación mental y abandonarse a las sensaciones que se produzcan.
- Sentir seguridad física y espacial en el lugar donde se desarrolle la respuesta sexual. Contribuir a la intimidad y a que no haya distracciones.
- Respetar y empatizar: no forzar las relaciones, comunicar y comprender los deseos de la otra persona.
- Para que se produzca la excitación tiene que existir el deseo y una adecuada estimulación, esto permitirá la concentración y que se desarrolle el placer a través de todos nuestros sentidos.
- Permitirse vivir y sentir las sensaciones. Esto supone abandonarse al encuentro, dejándose llevar con confianza y utilizar la misma confianza para tomar la iniciativa.
- Conocer la respuesta sexual desde el autoconocimiento y la consciencia. Somos los responsables de lo que sentimos y de nuestro placer.
- Libertad para pedir y manifestar nuestros deseos, sin vergüenza y sin que nos limite ningún tipo de miedo.
- Somos los encargados de poner nuestros límites, tomar decisiones, aceptar y rechazar sin sentir que podemos ser juzgados por ello. Aprender a decir que SÍ cuando queramos algo y a decir que NO cuando no lo queramos
- No aceptar imposiciones: cada persona vive su encuentro sexual acorde a la individualidad de su sexualidad.
Disfrutemos de nuestra libertad para experimentar placer
Teniendo en cuenta los anteriores aspectos, como indicadores de lo que supone la salud sexual, entendemos que tenemos la libertad para manifestar nuestra sexualidad ya sea de forma individual o compartida. Lo importante es reconocer que tenemos un gran potencial para experimentar placer y podemos hacer uso de ello de una forma responsable.
Este potencial del que disponemos es un recurso básico, como hemos visto, para mejorar nuestra salud en todos los aspectos. La satisfacción, el amor, el deseo, el placer y el afecto contribuyen a crear una experiencia vital sana y útil para experimentar con una mayor intensidad nuestra sexualidad.
Reprimir o no atender a nuestra salud sexual supone descuidar nuestra capacidad para experimentar placer, supone limitar nuestros deseos y necesidades. No beneficiarse de este aspecto de nuestra sexualidad interfiere en la felicidad y amor que somos capaces de vivir. En este día, y en el resto de los días de vuestras vidas os deseamos que tengáis una buena salud sexual, consciente y responsable, ya sea de forma individual o compartida
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