En ocasiones nos preguntamos cual es el fin de sentirnos vivos y plenos, pasando por alto la respuesta más sencilla de todas: aprender a disfrutar el amor incondicional. Está claro que el amor incondicional es el más puro e increíble que nuestro universo nos regala y que se puede trabajar y desarrollar. De hecho, cuando somos pequeños comenzamos a vivirlo con nuestros padres y familiares más cercanos, pero a medida que maduramos y nos volvemos rutinarios, lo olvidamos.
Donde más nos interesa mejorarlo,“biológicamente” hablando, es con un compañero sentimental. Cuando nos encontramos en una relación de pareja el amor se desarrolla en todos los ámbitos y no conoce límites. Para desarrollarlo tan solo basta con un corazón gozoso y lleno de ganas por ser mejores como seres humanos, entregando parte de nuestra esencia a nuestra pareja sin condiciones.
El psiquiatra estadounidense Mark Goulston se planteó la pregunta: “¿Qué se necesita para construir el amor incondicional en una relación?”, respondiéndola con los 3 pasos que hoy compartiré contigo.
“El amor incondicional corresponde a uno de los anhelos más profundos, no sólo del niño, sino de todo ser humano.”Compartir
Desarrollar actividades comunes
Según Goulston, el amor se construye en base a una serie de hábitos que desarrollamos de forma inconsciente. Cuando amamos de forma incondicional a nuestra pareja nos encanta estar junto a ella y disfrutar de nuestro tiempo juntos. De ahí que nos salga de manera natural el deseo de compartir otras actividades placenteras o relajantes.
Estos nuevos descubrimientos no ocurren precisamente porque estemos más cerca de nuestra pareja, sino todo lo contrario. Es la lejanía y la rutina la que poco a poco alimenta esta especie de desesperación. Así, como podréis adivinar, recuperar la cercanía, por contra-intuitivo que parezca, y explorar nuevas actividades juntos puede cortar de raíz esta dinámica.
Caminar juntos confiando en el otro
Si te preguntase ¿qué es lo primero que denota que una pareja está unida? El lenguaje y comportamiento corporal entre ambos. Vivimos y construimos el amor verdadero sintiendo que estamos al lado de él y ella. Demostrando en todo momento que estamos ahí, apoyándole en su propio camino.
Ir de la mano es uno de los actos más especiales que he vivido. Ir de la mano es un gesto sencillo, pero significa permanencia, contacto y unión. Significa la representación física de estar caminando juntos, de aventurarse sin perder uno de los grandes puntos de referencia.
Es normal discutir e intercambiar impresiones en las que no tenemos por qué estar de acuerdo con el otro en todo momento. Si no, estaríamos ante una posible dependencia y no nos estaríamos respetando. Cuando te suceda ese momento de desacuerdo, evita que se trasforme en un enfado. Dejar a un lado el rencor y la actitud negativa te ayudará a mantener tu relación en niveles plenos y sanos.
Abrazar lo bueno del otro y expresar nuestras emociones
Uno de los aspectos que diferencian a las parejas fuertes es que reconocen que la suma de individual de los dos es menor que lo que pueden sumar si trabajan juntos. Reconocen que su pareja hace su vida mejor, que tiene una serie de cualidades que son complicadas de encontrar y que de alguna manera son un gran complemento para su personalidad. Además, este pensamiento no es algo que silencie, sino que comparte con su pareja de manera natural.
Según Goulston la parejas felices ponen el acento en lo positivo. Dicho de otra manera, el amor parece que sesga mentalmente nuestra atención, de manera que nos fijamos más en aquellas acciones que nos agradan de nuestra pareja que en aquellas que nos pueden molestar.
Además, se trata de un sesgo que en su justa medida actúa como una resistencia para los pensamientos negativos o catastrofistas en los momentos de crisis. De alguna manera, que el amor por el hecho de existir ponga de manera natural más peso en lo positivo, hace que el círculo de motivación-crecimiento sea muy complicado de romper. Así, los instantes negativos se quedan en eso, mientras que los positivos se trasforma en una dinámica.
Así, enamorados nos resulta más fácil trasmitir que las pequeñas discusiones cotidianas quedan muy por detrás de lo importante, que cuando nuestra pareja se fije un objetivo vamos a pelear con ella y que cuando nos busque vamos a estar ahí.
“Me voy. Te vas. Pero te quedas en mi corazón. Para siempre.”