La menopausia es algo más que unos sofocos o el final de la etapa fértil. No es un declive, sino un proceso natural que forma parte del cambio y en el que el tiempo, siempre juega a favor de las mujeres: es una etapa llena de oportunidades y crecimiento personal donde la sabiduría y la ilusión, dan luz a la mente y fuerza al corazón.
En la actualidad, la imagen social de la menopausia ha cambiado. Si antropológicamente se veía esta etapa como el momento en que ellas se ocupaban en exclusiva del cuidado de los nietos, ahora, la mujer sigue llevando un papel muy activo en la sociedad que contradice muchos de esos clásicos estereotipos.
En la menopausia cada mujer, cada cuerpo, es un mundo. Pero, el mundo es algo más que unas reglas, que unas hormonas. El equilibrio interior y la construcción cotidiana de la felicidad son al fin y al cabo nuestro único propósito.Compartir
A pesar de que el rol de la mujer ha cambiado en las últimas décadas, aún existen falsas creencias sobre la menopausia que debemos destapar. A continuación, te invitamos a conocer algunas perspectivas interesantes y útiles sobre el tema.
La menopausia y sus falsos mitos
Hay mujeres que experimentan una menopausia precoz. Otras, deben empezar a asumirla a raíz de una histerectomía. Queda claro que cada mujer es un mundo, que los síntomas no son iguales en todos los cuerpos y que no todas aceptan el proceso de igual modo.
- La menopausia no empieza obligatoriamente a los 50. Es un proceso que puede iniciarse de forma mucho más temprana o incluso pasados los 60.
- Tras la menopausia todas las mujeres suben de peso y ya es imposible adelgazar: falso. Con una dieta adecuada, motivación y ejercicio no hay por qué engordar obligatoriamente.
- El deseo sexual disminuye tras la menopausia: falso.
- El primer síntoma de la menopausia son los sofocos: falso. Hay decenas de síntomas asociados y cada mujer puede tener unos u otros.
- Con la menopausia aparece la apatía y la depresión: falso. Una vez más hemos de tener en cuenta que cada mujer experimenta este proceso de un modo y generalizar es caer inevitablemente en el sesgo y el error.
El fin de la “mujer cuidadora”
La mujer es el legado emocional del mundo, en ella habita el consenso, la flexibilidad y la empatía. Sus dotes lingüísticas van acompañadas también por su intuición, por ver más allá de la cerradura de los convencionalismos, del pensamiento lógico y estructurado…
Un descenso en la producción de estrógenos no va a cambiar nada de esto. Aún más, Helen Fisher, la celebre bióloga y antropóloga, define a la mujer postmenopáusica como una “biblioteca viviente”, una figura que en muchas sociedades tradicionales podía adquirir el mismo poder político, social o económico que un hombre.
Sabemos que la menopausia trae asociados problemas como la osteoporosis o dolencias articulares, pero el crecimiento personal de la mujer en esta etapa es tan notable, que autores como el psicólogo Francis Fukuyama nos indican que la figura de la “mujer cuidadora” está cambiando y que en los próximos años tendrán un papel muy importante en nuestras sociedades en las esferas públicas (algo que ya estamos viendo).
El tiempo va siempre a favor de las mujeres
El tiempo no va en nuestra contra, eso es algo que debemos integrar en nuestro pensamiento y en el modo de enfocar cada cambio y cada etapa. La menopausia supone primero entender cada proceso que estamos viviendo, para después armonizar cada cambio con el objetivo de cuidarnos mucho más.
Cada ciclo tiene unos aspectos maravillosos de los cuales aprender y la llegada de la menopausia marca sin duda un nuevo estado en que podemos seguir teniendo logros prsonales y profesionales: se han dejado a un lado las tareas de crianza y el “espíritu femenino” busca ahora nuevas oportunidades.
Los tiempos han cambiado y también parte de los roles que se esperan de la mujer menopáusica. Por ello y si el lector lo desea, te invitamos a descubrir el libro de Helen Fisher “El primer sexo”. Un enfoque renovador e interesante del clásico ensayo donde Simone de Beauvoir ensalzaba el papel de la mujer bajo el título el “Segundo sexo”.
A una mujer no la hace perfecta su cuerpo, ni su juventud: su auténtica belleza reside en su sentimientos, en su capacidad de superación: de ser fuerte en épocas de adversidades y de dibujar sonrisas y alientos en días de tristezas.lamenteesmaravillosa.com