Los adultos estamos tan acostumbrados a ver en la televisión noticias de grandes tragedias que, en cierto modo, nos inmunizamos ante ellas. Pero, ¿te has parado a pensar el impacto que pueden causar en los niños las imágenes grabadas tras un atentado terrorista, un terremoto, un bombardeo o un campo de refugiados, por no hablar de escenas potencialmente más cercanas, como un accidentes de tráfico o un incendio en una vivienda?
Hambre, dolor, miedo, miseria, muerte, sangre, destrucción, etc. Estas imágenes de tragedias que emiten los medios de comunicación despertarán en los pequeños dudas y curiosidad, pero también miedo e incluso ansiedad.
Los niños están rodeados de noticias sobre tragedias
Es interesante plantear una duda razonable que no podemos obviar. Si a tus hijos no les dejas ver películas ni series donde hay violencia, muerte, sexo o devastación, ¿por qué permites que vea el informativo sin saber lo que van a emitir, sabiendo que pueden aparecer imágenes y noticias delicadas?
Sin embargo, evitar esto no siempre está bajo nuestro control y, a partir de determinada edad, los niños empiezan a saber lo que pasa porque lo oyen en la calle, en el colegio o en las conversaciones de los adultos.
En cualquier caso es necesario aclarar todas las dudas que le surjan al niño y estar atentos a su reacción ya que, aunque no diga nada, las imágenes y las noticias le impactarán. Si no se aborda el tema el niño puede tener pesadillas, miedo y ansiedad. Además, en su cabeza pueden estar surgiendo miles de ideas y asociaciones que, si no se aclaran a tiempo, pueden ser muy perjudiciales para el pequeño y pueden llegar a confundirlo.
Los niños pequeños no tienen la capacidad de entender lo que ven en la televisión en su contexto, y mucho menos de saber si es o no una fuente de información es creíble. En cuanto a los adolescentes, aunque son más capaces de entender los acontecimientos, todavía se enfrentan a desafíos como la formación de una opinión propia sobre el tema.
Tenga la edad que tenga, un niño puede verse afectado emocionalmente por la noticia de una tragedia. Las siguientes ideas servirán a los adultos para ayudar a los menores a tratar la información sobre eventos trágicos.
Ser sinceros
Los niños necesitan entender lo que está sucediendo alrededor de ellos para sentirse seguros. Por eso, si tienen conocimiento de lo que ha pasado, hay que aclarar lo ocurrido. En función de la edad, habrá cosas que puedan entender y otras no. En este sentido, no hay que darles más información de la necesaria, pero sí aclarar todas sus dudas.
No conviene “redibujar” la escena y convertirlo en un evento que pueda parecer una ficción con la intención de protegerlos de sus emociones negativas y del miedo. Con esto solo se conseguirá confundir al niño en el futuro.
Ayudarles a compartir sus sentimientos
Las noticias y las imágenes no afectan a todos los niños por igual. Por eso hay que animar a los niños a compartir sus sentimientos, a expresar sus miedos y a preguntar todo aquello que les genere dudas.
Si el niño se ve afectado emocionalmente hay que dejar que lo exprese y que se enfrente a él. No ganamos nada intento esconderlo o ignorándolo, porque los miedos y las dudas se van a quedar ahí. Si no se pudo evitar antes hay que afrontar las consecuencias y ayudar al niño a entender y superar lo que ha visto.
Dejarles vivir sus emociones
En relación lo anterior, cabe recordar que los sentimientos negativos son normales. Los niños deben enfrentarse a ellos tarde o temprano para aprender a superarlos. Si el niño se enfada, llora o se siente débil hay que ayudarle a vivir esas emociones. No se trata de dejarle solo, sino de permitirle que tenga la experiencia, ayudarle a entenderla y a superarla.
Es el momento de enseñarles a canalizar sus emociones y no de invitarle a ignorarlas. También es el momento de ofrecerles un abrazo y palabras cálidas que les recuerden que ellos están seguros, manteniendo así la perspectiva con lo ocurrido.
Estar atentos a cambios de comportamiento y/o actitud
Tanto si somos conscientes de que han conocido la noticia de una gran tragedia o han visto imágenes de ellas como si no, si el niño muestra cambios de comportamiento bruscos, miedos nocturnos, actitudes violentas, o si se muestra triste conviene plantearse que puede ser por este motivo.
En estos casos, hay que hablar con el niño, intentar “sonsacarle” por qué está así, sin enfadarse con él, sin castigos ni amenazas en caso de mal comportamiento. Dando con el origen de su miedo podremos ayudar al niño a entenderlo.
lamenteesmaravillosa.com