VIII CASIDA DE LA MUCHACHA DORADA
La muchacha dorada se bañaba en el agua y el agua se doraba.
Las algas y las ramas en sombra la asombraban y el ruiseñor cantaba por la muchacha blanca.
Vino la noche clara, turbia de plata mata, con peladas montañas bajo la brisa parda.
La muchacha mojada era blanca en el agua, y el agua, llamarada.
Vino el alba sin mancha, con mil caras de vaca, yerta y amortajada con heladas guirnaldas.
La muchacha de lágrimas se bañaba entre llamas, y el ruiseñor lloraba con las alas quemadas.
La muchacha dorada era una blanca garza y el agua la doraba.
Federico García Lorca
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
|