Enamorar o enamorarse de verdad, es un estado de fortuna. No son solo las mariposas en el estómago, sino que es como si sintieras de pronto que todo es posible, que tienes toda la vitalidad del mundo y eres capaz de enfrentar lo que sea. También es un estado efímero, que da paso a una ruptura o a un amor con mayúsculas, de los que se cuecen a fuego lento.
No decidimos cuándo enamorarnos, ni de quién exactamente. Por lo general, parece que es el azar el que decide dónde, cuándo y de quién. Sin embargo, lo que sí se puede hacer es crear las condiciones para que el amor llegue y se quede.
“Siempre hay un poco de locura en el amor. Pero siempre hay también un poco de razón en la locura.”Compartir
En el corazón debe existir la disposición a amar. Debe haber apertura hacia el amor. De lo contrario, por más que llegue una persona maravillosa a tu vida, no vas a ser capaz de verla, de valorarla o de dejar que te vea y te valore.
1. Limpia tu corazón, antes de volverte a enamorar
No es buena idea pensar en enamorarte si todavía cargas con rezagos de una relación anterior. Motivaciones como la venganza, el orgullo o la evasión de un dolor que no pasa, son pésimos precedentes para que tu corazón pueda realmente sentir amor por alguien nuevo.
Un clavo no saca otro clavo, ojalá fuera así de fácil. Lo que necesitas después de haber vivido un gran amor y de haberlo perdido, es iniciar un proceso de duelo y de depuración de tus sentimientos. Durante este proceso tu corazón todavía no está listo para extender las alas y volverte a enamorar.
Debes sacar en limpio lo bueno y lo malo que te dejó la relación que terminaste. Identificar por qué acabo y qué puedes aprender de esa experiencia. Cuando tengas claro todo eso y sientas que te encuentras en un estado de relativa serenidad, es momento de dar el siguiente paso.
2. Toma un tiempo prudencial para estar en soledad
Está suficientemente comprobado que una relación de pareja es mucho más honda y duradera cuando los involucrados saben vivir en soledad. Por eso es importante que te tomes un tiempo prudencial para estar contigo mismo, sin compromisos afectivos.
Primero debes aprender a estar a gusto con la vida por ti mismo, sin la presencia de de esa otra persona que comparte todo contigo y que te halaga, te apoya y te comprende. Si no lo logras, es posible que empieces a actuar como alguien desesperado en busca de afecto. Y es más que seguro que vas a encontrar una pareja disfuncional, en donde, de base, se construye una dependencia nociva.
3. Cuida de ti, escrupulosamente
Antes de volverte a enamorar es conveniente que te prestes atención. Cuídate en el sentido integral de esa expresión. Eso significa revisar tu salud y tus hábitos de vida para corregir cualquier deficiencia que pueda existir.
No se trata solamente de ir al médico o proponerte un plan de ejercicios. De lo que se trata es de concentrarte en ti mismo, en tus necesidades. De otorgarle un valor a tu bienestar, con el propósito de conocerte mejor e incrementar tu autoestima. No es posible que te amen, si antes no te amas tú mismo.
4. Llénate de coraje y dile adiós al miedo
Solo tú sabes cuál es el momento para abrir las compuertas y permitir que el amor llegue de nuevo a tu vida. Lo usual es que haya algo, o mucho, de temor. Es que amar supone volverte vulnerable al sufrimiento, porque nada garantiza que también te amen y tampoco que no vayas a sufrir una desilusión.
Sin embargo, si has llevado a cabo los puntos anteriores, seguramente estás mejor preparado para enfrentar el amor y sus vicisitudes. Ya no queda más que tomar coraje y decirte cada día “me permito enamorarme de nuevo”.
Sin prevenciones, sin cálculos, sin precipitarte. Para que el amor florezca debes dejar que llegue espontáneamente. Y para que llegue, simplemente debes abrir tu corazón y tener el valor de arriesgarte a amar de nuevo.
5. Realiza actividades novedosas
Incluye nuevas actividades en tu vida. Es tiempo de hacer el curso que has pospuesto varias veces. O de integrarte a un nuevo grupo de amigos, un club, o algún tipo de comunidad que te interese. Al hacerlo estarás cumpliendo dos propósitos: conocerás gente nueva y saldrás de la rutina que has llevado hasta ahora.
Al realizar nuevas actividades el cuerpo y la mente entran en una dinámica que prepara las condiciones para que llegue lo nuevo. Ese algo, bien puede ser el amor, que, probablemente, no tocará a tu puerta. Debes salir a buscarlo, sin afanes, ni angustias. En el momento menos pensado va a sonreírte.
6. Viaja mucho y sal a divertirte
Viajar es una estupenda manera de romper con lo habitual, salir de la rutina y conocer muchas personas. Al viajar te dispones de una manera positiva a los nuevos encuentros. Estás en un contexto diferente y eso te obliga a “cambiar el chip”. Nada mejor que encontrarte en un estado de renovación para que el amor desate su embrujo.
También debes salir a divertirte en las actividades que llamen tu atención. Cine, teatro, circo, baile, cualquier diversión cabe. Todo aquello que ponga tu corazón en estado de fiesta. Tu actitud abierta y permeable será perceptible para otras personas que también quieran entablar una nueva relación.
7. Dale tiempo a las personas
Es probable que conozcas personas agradables y simpáticas, pero aún así sientas que no hay una conexión inmediata. Eso puede ocurrir porque efectivamente no hay suficiente química, o porque en el fondo operan resistencias de tu parte, debido a experiencias pasadas o al temor a sufrir.
Así que lo mejor es que le des tiempo a cada persona que conozcas y que se muestre interesada por ti. No pretendas que la llama se encienda de inmediato: a veces pasa, a veces no. Pero lo cierto es que hay muchas relaciones que se hacen de tiempo, no de “chispa”. Por eso, si te agrada una persona, dale la oportunidad de darse a conocer. No te quedes con la primera impresión solamente.
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