Terminar una relación de pareja es una decisión de la que nos acordaremos siempre, da igual que sea acertada o no, que sea buena o mala para nosotros, no se olvida. Buscaremos apoyo, comprensión de otras personas, pero al final se trata de nuestra decisión, de nuestra vida y es necesario escuchar a nuestra intuición.
Antes de nada, piensa en cómo será esa relación si continúa dentro de un año o de cinco años, quizás esa perspectiva te proporcione una idea de lo que quieres hacer, de lo que te hace sentir bien o mal. Es necesario ser muy realistas y no engañarnos a nosotros mismos, puesto que ese autoengaño puede perjudicarnos a nosotros y a la otra persona.
“En los amores imposibles, la esperanza es lo primero que hay que perder.”Compartir
Para saber si nuestra relación de pareja es hora de que termine, quizás sea el momento de hacernos preguntas, sin buscar culpables, las relaciones son cosa de dos, simplemente buscando entender qué ha sucedido y cómo podemos aprender de ello con sabiduría y paciencia.
Muchas preguntas que nos haremos antes de terminar una relación serán dolorosas porque a veces la realidad duele, pero necesarias para madurar y para entender quiénes somos y qué queremos de una relación. Romper hace daño, pero seguir con una relación que no funciona duele más.
¿Esta es la relación que deseo?
Si nos paramos a pensar si la relación que tenemos es la que queremos, lograremos tener una perspectiva clara de lo que realmente deseamos. Es importante, ser muy realista con nuestra relación, como decíamos antes, no excusar determinadas situaciones o actitudes que no nos gustan.
Si queremos otra cosa, si deseamos tener otro tipo de relación, simplemente quizás no estamos con la persona adecuada. Piensa detenidamente en lo que tú quieres realmente, no en lo que los demás opinan o piensan que es lo mejor para ti.
¿Qué pierdes y qué ganas con la relación y con la ruptura?
Muchas veces nos empeñamos en continuar con relaciones agónicas sin darnos cuenta que puede ser una liberación el romper con una persona que no nos hace felices o con la que no estamos a gusto.
Como dice Walter Riso ¿para qué humillarte? La humillación en cualquiera de sus formas – suplicar, jurar, agachar la cabeza, halagar excesivamente al otro – tiene un efecto bumerán, porque la humillación con el tiempo produce malestar.
“Si no te aman, no ruegues ni te arrodilles. El amor no se suplica, ni se exige, solo acontece. Y si no ocurre, te retiras dignamente y a otra cosa.”Compartir
Es aconsejable hacer un análisis de la relación y de la posible ruptura para ver qué perdemos y qué ganamos, pero sobre todo es importante ver qué sentimos, qué nos dicen nuestro corazón y nuestra intuición. Esa sensación que podemos sentir en lo más profundo de nosotros mismos, no podemos ignorarla.
¿El problema tiene solución?
Cuando tengas claras las razones por las que quieres terminar una relación, es importante ver si existe una posibilidad de resolver el conflicto con tu pareja, o si buscar una solución y resolver el problema merece la pena.
Por ejemplo, si el problema es que la pareja tiene varias diferencias y discuten mucho, quizás la solución sea aprender a discutir con más madurez y a gestionar emociones. Sin embargo, si ha habido una infidelidad tienes que ser muy consciente de si eres capaz de olvidar y perdonar, porque de lo contrario quizás esa sea una buena razón para no volver a intentarlo.
“Nunca pierdas el valor con una persona que no sabe lo que tiene, si tú sabes lo que mereces.”Compartir
Si te haces todas las preguntas anteriores y decides romper tu relación, es probable que lo pases mal un tiempo, pero todo dolor se atenúa y se supera con el transcurso de los días, cada persona necesita un tiempo de asimilación, pero llegará un momento en que te darás cuenta de que tomaste la decisión acertada con madurez y valentía.
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