La automotivación es un concepto que no siempre se comprende correctamente o en su totalidad. Automotivarse no solo es una forma de superar la falta de interés hacia tareas o relaciones o de actuar sin protestas ni excusas. La automotivación también implica emprender o persistir por uno mismo, sin que nadie más esté detrás insistiendo, animando, reforzando o sobornando.
En los niños, la automotivación para aprender está presente de forma natural hasta que tienen alrededor de 7 años de edad. Y como todo lo que hacen tiene ese mismo objetivo, aprender y descubrir (tanto al mundo como a sí mismo), por lo general no hace falta hacer nada.
Sin embargo, a partir de esta edad o si se observa una notable falta de motivación, sí que va a se necesario fomentar el desarrollo de la automotivación, ya que es una habilidad vital si se quiere tener éxito.
Fomenta la auto-confianza
Los niños se muestran más motivados a la hora de aprender, hacer las cosas y relacionarse con otros si confían en que son capaces de hacerlo. Confiar en los niños es el primer paso para que ellos confíen en sí mismos.
Si quieres ayudar verdaderamente a tu hijo dale la oportunidad de solucionar por sí mismo los problemas, de encontrar soluciones a los pequeños enigmas que se le presenten día a día y de enfrentarse a situaciones nuevas. Si se equivoca, si lo hace mal o no tan bien como debería o te gustaría, da lo mismo. Lo verdaderamente importante es que tu hijo se sienta capaz de hacerlo.
La sobreprotección de los padres, el acompañamiento continuo, la ayuda en la realización de las tareas fomenta la dependencia de los niños y, además de hacerlos dependientes, les impide confiar en sus capacidades y buscar la motivación para mejorar.Compartir
Anima su persistencia
Recompensa el esfuerzo de tu hijo por hacer las cosas en lugar de solo reconocer el éxito, de esta manera incrementarás su automotivación. De esta manera, ayudarás a tu hijo a desarrollar la capacidad de adaptación necesaria para enfrentar el fracaso y seguir intentando las cosas hasta que lo consiga.
Ser persistente es una capacidad de tipo emocional que es clave para alcanzar el éxito en todos los aspectos. Enseña a tu hijo a aceptar que a veces va a fallar y muéstrale que perder o fracasar es una oportunidad para mejorar y aprender.
Alimenta sus intereses
Todas las personas, los niños incluidos, tenemos interés por algo concreto. Aunque no coincidan con tus expectativas o tus propios intereses, debes fomentar en el niño aquello hacia lo que él se siente inclinado.
Pero no lo manipules buscando que él ame lo que tú crees que le conviene. Lo que debes hacer es ayudarle a buscar libremente aquello que le apasiona. Esto le dará un motor interno que le mantendrá ilusionado, activo y alegre. No solo podrá hacer lo que más le gusta, sino que podrá compartirlo con quien más quiere.
Dale oportunidades para saborear el éxito
Si hay un elemento motivador que nos empuja a dar más de nosotros mismos es saborear el éxito. El éxito es adictivo. Nos muestra que somos capaces, que podemos hacer las cosas, que podemos superar nuestras limitaciones y que podemos ser más y mejor de lo que éramos antes.
Aplica la pedagógica el éxito con tu hijo. ¿Quieres que aprenda a hacer algo, que se motive para desarrollar una habilidad nueva? Muéstrale que puede desde el primer momento con una tarea nueva que sea capaz de hacer y, a medida que avance, déjale sentir que consigue nuevos logros.
Cuando tu hijo alcance un nuevo logro, celébralo en vez de compararlo con algo que aún no ha logrado o recordarle que todavía le queda mucho camino por delante.lamenteesmaravillosa.com