Diferencias entre alergia a la leche e intolerancia
- La intolerancia a la leche: implica que una persona padece una serie de síntomas cuando toma cualquier producto lácteo o que lo contenga en su composición. Así encontraremos personas que lo manifestarán con diarrea, con estreñimiento, empeoramiento del asma, rinitis o de los problemas de piel (psoriasis, eccemas, etc.), hinchazón abdominal, erupción cutanea o una sensación de pesadez digestiva.
A veces los síntomas tardan horas en aparecer o sólo aparecen cuando se toma ese alimento varias veces o días seguidos. La gente con intolerancia a la leche cuando deja de tomar este tipo de alimento (tampoco hay que tomar ningún lácteo como el yogur, queso, kéfir, natillas, etc.) mejora rápidamente de los síntomas y en uno o varios días vuelve a estar bien. - La alergia a la leche: es diferente, de entrada diremos que hay personas que sólo lo son a alguno de sus nutrientes (la mayoría lo son a la lactosa) En las alergias alimentarias, en concreto la alergia a la leche, el sistema inmunológico es el que responde de una manera inmediata a esta sustancia o alergeno (que interpreta como un enemigo) liberando histamina y otras sustancias en un intento de eliminarlo o combatirlo de un modo inmediato y radical.
Hay personas que sólo necesitan tocar ese alimento o incluso olerlo para entrar en estado de crisis. Los síntomas dependerán del grado de alergia que se tenga a ese alimento así como de la cantidad ingerida o según la intensidad y duración del contacto. Los síntomas de alergia a la leche podrán ser desde picor, tos, ligera sensación de ahogo a síntomas graves en los que la persona entra en estado de shock anafiláctico pudiendo llegar a morir por asfixia (se cierra la garganta impidiendo la respiración)
Si no tomamos leche o lácteos ¿dónde conseguiremos el calcio?
Cuando el médico o especialista nos dice que no podemos tomar leche y ningún lácteo entramos en un estado que casi roza el pánico ya que hoy en día parece que si no tomas leche de vaca no estás tomando calcio.
Es un pensamiento que también tienen, por desgracia, algunos médicos. Ahora veremos que no hay ningún problema en conseguir el calcio aunque tengamos alguna alergia o intolerancia a la leche.
Alimentos ricos en calcio
En caso de intolerancia a la leche y lácteos en general conviene tener en cuenta los siguientes para conseguir un buen aporte de calcio.
- Algas marinas como la Wakame, la Cochayuyo, la Hiziki o la Arame.
- Fruta seca como los higos secos, las uvas pasas o los dátiles.
- Frutos secos y semillas como el sésamo o ajonjolí, semilla de amapola, nueces, semillas de girasol, almendras, avellanas y pistachos.
- Germinados o brotes de alfalfa, trigo o cebada.
- Legumbres y cereales integrales.
- Verduras como el brócoli, las hojas de las zanahorias y remolachas, perejil, espinacas, col rizada, puerro, etc.
Las bebidas o leches vegetales
Cada vez las personas con alergia o intolerancia a la leche y lácteos lo tienen más fácil ya que existen una gran variedad de leche vegetales. Se puede conseguir (según el país o la zona) leches o bebidas de avena, soja o soya, almendra, sésamo, coco, arroz, avellana, etc.
La mayoría ya son ricas en calcio y las que no o a las que se quiere dotar de más aporte de calcio se les suele añadir más calcio (muchos fabricantes ya lo hacen en forma de un pequeño aporte de algas marinas que además de calcio aportan otros minerales)
El médico aconsejará una u otra leche o bebida vegetal según el caso concreto.
¿Somos lo que comemos o lo que absorbemos?
Cada vez, en nutrición, se busca la mejor forma de absorber los nutrientes ya que está comprobado de que tomar un nutriente no sirve de nada si no lo asimilamos. Así vemos en la Anemia perniciosa que aunque la persona tome alimentos ricos en B12 no sirve de nada ya que suele haber una gastritis que dificulta su absorber.
En estos casos se inyecta para que el cuerpo la asimile. Dentro de la medicina natural y también para muchos científicos la leche de vaca tampoco es sinónimo o garantía de absorber el calcio.
La prueba es que países como China en los que apenas se toma ningún lácteo hay muy poca osteoporosis y en cambio en países muy “lecheros” (Holanda, Francia, Alemania, etc.) la osteoporosis es una plaga. Algo parece fallar.
Plantas medicinales o fitoterapia para nuestros huesos
En caso de intolerancia o alergia a la leche tomaremos una infusión de Ortiga verde y de la planta medicinal Cola de caballo, dos veces al día. Nos ayudarán a remineralizarnos.
Los “enemigos” del calcio
Además de buscar o tener en cuenta los alimentos ricos en calcio y, en general, con un efecto remineralizante se recomienda a las personas con intolerancia o alergia a la leche y que quieran conseguir un buen aporte de calcio que eviten abusar del azúcar refinado, del alcohol, de la sal, de las proteínas animales y en general de los alimentos refinados ya que tienden a acidificar nuestro Ph lo que favorece la desmineralización. En cambio una dieta rica en verduras y frutas siempre ayuda a alcalinizarnos.
Conclusión sobre la alergia o intolerancia a la leche
Si tenemos intolerancia o alergia a la leche y no podemos tomar lácteos no debemos de estar preocupados ya que hay muchos alimentos que nos aportarán el calcio (y otros minerales) necesarios para nuestros huesos.
El médico o especialista nos puede dar siempre pautas nutricionales concretas a nuestro caso para conseguir el calcio necesario así como suplementar con preparados ricos en Calcio, Magnesio o vitamina D si lo cree conveniente.