Se dice que en las discusiones de pareja y en el hogar son las mujeres las que suelen ganar la mayoría de las batallas frente a su opuesto (dígase esposo, padre, hermano, etc). ¿Realmente lo merecen o es porque el hombre se cansa de discutir? ¿Hay un equilibrio en las relaciones?
Muchos dicen que una pareja es lo más desparejo del mundo, ya que ella termina siempre derrotando a quien tiene en frente gracias a su determinación, su insistencia y sobre todo su emocionalidad. No es algo malo ni para criticar, sino para analizar y llegar a una conclusión que ayude a una vida más amena y una relación más sana. ¡Por supuesto que es posible!
“Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo”
Los ejemplos que podemos dar sobre peleas o entredichos en una pareja son innumerables. Seguro que cada uno de los lectores tiene un arsenal de experiencias para recordar (u olvidar según sea el caso). Por lo tanto saben a qué me refiero.
Los hombres, por más de que intenten lo contrario y crean que “esta vez será la buena”, suelen salir perdiendo en las discusiones con sus esposas o novias. ¿Esto se debe a que no tienen la capacidad para dirigir una pelea o porque ellas son más listas o están más preparadas? Quizás no sea por ninguna de estas razones…
Para comenzar hay que tener en cuenta que muchas mujeres no se olvidan (casi) de ningún detalle. Así como son muy meticulosas con la ropa, la decoración o la limpieza.., lo son con los fallos de su pareja. Esto es algo en que los hombres (casi) no pueden ganar. Son muy pocos los que realmente se acuerdan de lo sucedido en el pasado.
Puede ser porque no le dan importancia o porque no están pendientes de ese tipo de “nimiedades”. La cuestión es que cuando comienzan las discusiones ella cuenta con toda una artillería de primera calidad sobre los errores de él y la arroja sin piedad a su “enemigo”.
Más allá de los paralelismos bélicos, lo cierto es que muchas veces la discusión la comienza la mujer y el hombre no está psicológica ni emocionalmente preparado para ella. Quizás no sabe el verdadero motivo del enojo de su pareja y, sin duda, le hace jugar con desventaja.
Las etapas de la discusión (finalmente) ganada por ella
Las razones por las cuales la mujer comienza la discusión pueden ser muy variadas y de un calibre mayor o menor. Puede tratarse de algo banal como no querer ir al cine un sábado por la noche, de no recordar el aniversario o de una infidelidad (con las repercusiones que tiene cada una).
En la mayoría de los casos el hombre está “desarmado” haciendo cualquier actividad, por ejemplo mirando el fútbol, y ella aparece en escena ya enojada o con mala cara. Ninguno de los dos busca una riña, eso hay que aclararlo, pero al parecer el sexo femenino está más predispuesto a “lanzar la primera piedra”.
Las discusiones pueden durar pocos minutos o algunas horas… pero casi siempre termina ganando ella. ¿Por qué? Porque en el transcurso de la pelea, como dice el refrán popular… “corre mucha agua bajo el puente”.
Las etapas de la discusión para una mujer no son iguales que para un hombre. Por más de que ambos estén en el mismo lugar y hablando (casi) del mismo tema. En la mente y los sentimientos femeninos confluyen todo tipo de ideas y emociones (enojo, ira, frustración, rabia, incomprensión, susceptibilidad, angustia, etc). En el caso del hombre, puede atravesar por sensaciones como asombro, incredulidad, ofuscación, enojo, tristeza, culpa, etc.
La temperatura de las discusiones
Si pudiéramos hacer un esquema en relación al nivel de emotividad de una pelea, basándonos en un termómetro, el de las mujeres empezaría en los 39°C e iría subiendo hasta los 45°C. El descenso se produciría de a poco hasta volver a la “normalidad”. En los hombres todo comenzaría a los 37°C y podría llegar a aumentar hasta los 40°C, justo antes de bajar abruptamente en el momento final de la pelea.
La temperatura de una discusión está basada en la carga emocional de cada uno de los integrantes. Sabemos que, por lo general, las mujeres son más sentimentales y que los hombres son más racionales. Esto es por naturaleza, no es ninguno mejor o peor que el otro. Entonces cuando pelean, las emociones de ella están a flor de piel en todo momento mientras que él intenta comprender lo que sucede antes de “explotar” y enojarse.
Entonces, ¿por qué las mujeres ganan las discusiones? Porque el hombre se siente apabullado por toda esa avalancha de emociones que ella irradia y porque a pesar de todo, busca protegerla, entenderla y hacerle sentir bien. Quizás por ese motivo muchas de las peleas terminan con un abrazo, un beso y un pañuelo para secar las lágrimas. Ningún hombre puede resistirse al llanto de una mujer, mucho menos si es de quien ama.
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