La creatividad es la iluminación de nuestras emociones y sentidos, es el rumor que nace del corazón y que el cerebro gesta para dar forma a nuestra voz interior. A pesar de que todos nacemos con este don, factores como la rutina, el estrés o incluso trabajos muy estructurados y controlados, silencian por completo a la voz de la innovación y de las soluciones geniales.
La persona creativa no es solo aquella que sabe utilizar el pincel, que escribe libros o que crea una fantástica campaña publicitaria de gran impacto. La creatividad está también en la capacidad de buscar más alternativas a nuestras necesidades, en encontrar nuevos caminos e incluso en relacionarnos mejor con las personas que nos rodean.
Un adulto creativo es también un niño que ha sobrevivido en su interior y que es capaz de ver el mundo más allá del blanco y el negro.Compartir
La creatividad es a día de hoy una herramienta de trabajo muy solicitada. Tanto es así, que empresas como Google incorporan en sus procesos de selección pruebas que apenas tienen que ver con la informática o la tecnología. Cuestiones como “cuántos usos le darías a un tapón de plástico” o “cuál sería tu mejor idea si tu jefe te diera un millón de dólares por ella”, determinan ya el gran peso de esta capacidad.
Creatividad e inteligencia
El debate sobre la asociación entre la creatividad y la inteligencia es profundo, enfrentado y lleva años sobre la mesa de la psicología. La respuesta es sencilla: no siempre y no obligatoriamente. Las personas con altas capacidades disponen de un alto potencial pero, sin embargo, no siempre dan respuestas lo bastante creativas u originales. Al menos, así lo demuestran los múltiples estudios realizados sobre el tema.
Para Guilford, psicólogo famoso por ofrecernos su teoría sobre la estructura de la inteligencia, nos indicó que es muy difícil medir en una escala la capacidad creativa de una persona. En realidad, la creatividad queda reflejada en muchísimos ámbitos de nuestra vida: idear planes, estrategias, cocinar, decorar una casa, bailar, tocar un instrumento, vestirnos, relacionarnos, enamorar a alguien…
El poder de las emociones para ser más creativos
Los creativos de las grandes empresas saben muy bien que las emociones estimuladas a través de los sentidos son formas muy poderosas con las que aumentar las ventas. A modo de ejemplo: hay marcas de ropa que utilizan en sus tiendas una fragancia distintiva que el cliente identifica de inmediato. Las tapicerías de muchos coches de segunda mano, por su parte, son impregnados de “olor a coche nuevo” porque saben que es un aspecto que agrada a la gente y, que además, suele aumentar la opción de compra.
Si no estás dispuesto a equivocarte nunca crearás algo original. Tampoco te hace falta una noche para encontrar tu creatividad, para ello, debes estar despierto toda la vida.Compartir
Por otro lado, y como ya sabemos, nuestro cerebro es puramente emocional, y son ellas, las emociones, quienes nos apartan por un momento de nuestro lado más racional y lógico para de pronto, dar pasos inesperados, como puede ser hacer una compra o simplemente, entrar en un estado de gracia al recibir una súbita inspiración.
Las personas más creativas aplican formas de percepción y de razonamiento algo diferentes que merece la pena conocer y que te invitamos a tener en cuenta en los siguientes puntos.
Cómo aprender a ser más creativos
Edward Bono definió las bases del pensamiento lateral. Es ese tipo de enfoque más provocativo que se aleja de lo analítico y unidireccional para tener en cuenta más opciones, más caminos. Hace uso del desafío y, a su vez, de ese razonamiento divergente capaz de fantasear, de utilizar la metáfora y romper esquemas.
- La creatividad es a su vez el don de estar centrados con nuestro interior, con nuestras emociones y, a su vez, con los estímulos de al alrededor para conseguir una maravillosa simbiosis y un adecuado equilibrio. Nos dejamos “impregnar” y envolver, hacemos uso de la sugestión pero también de la capacidad de focalizarnos en un propósito.
- Colores, olores y sensaciones. ¿Sabías que hay determinados colores y olores que le agradan más a nuestro cerebro? El azul y el verde trasmiten calma, el olor a vainilla o jazmín relajan, la fragancia a café estimula… Pero, a su vez, no basta con estar en una habitación de agradable olor y colorido. Necesitamos iluminación natural y una ventana donde reposar la mirada, los pensamientos…
Para concluir, una persona creativa es por encima de todo alguien con un pensamiento flexible y con una gran apertura mental y emocional. Es una habilidad que todos podemos permitirnos y que incluso practicamos para sentirnos más libres y “conectados” al rumor de la vida.
Al fin y al cabo, como suele decirse, la creatividad aparece cuando permitimos que la inteligencia se divierta…
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