A un gato
No son más
silenciosos los espejos
ni más furtiva el
alba aventurera;
eres, bajo la
luna, esa pantera
que nos es dado
divisar de lejos.
Por obra
indescifrable de un decreto
divino, te
buscamos vanamente;
más remoto que el
Ganges y el poniente,
tuya es la
soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo
condesciende a la morosa
caricia de mi
mano. Has admitido,
desde esa
eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano
recelosa.
En otro tiempo
estás. Eres el dueño
de un ámbito
cerrado como un sueño.
Poema de Jorge
Luis Borges:
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