No me reproches,...
que teniéndote cerca,
sienta la necesidad
de besarte.
Ni me recrimines
si andando el uno junto al otro
se me van las manos
a tu cintura.
Déjame que goce en tu boca,
este amor que fluye del alma.
Permíteme que alivie mis ataduras,
envolviéndome de caricias.
Y si alguien te reconoce junto a mi.
Desconócele, hasta no haberme ido.
Deja que sepan cuanto nos amamos,
que somos algo mas que amigos.
No me niegues como a un mal trago,
la esperanza que anida, y al pasear de la mano,
de unir mis senderos en los encuentros de tu camino.
Cesáreo Robaina