Te aprecio no solo por lo que eres,
sino por lo que yo soy cuando estoy contigo.
Te estimo no solo por lo que has hecho de ti,
sino por lo que haces conmigo.
Te aprecio porque me has dado
más bien que cualquier credo,
y más felicidad que cualquier destino.
Y lo conseguiste
sin una palabra, sin un signo.
Lo lograste por ser tú mismo.
Quizá eso sea, al fin y al cabo,
lo que significa ser amigo.
D.A.
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