Sierra de las Nieves, en la provincia de Málaga (Andalucía - España) es un territorio único que posee unos valores ambientales extraordinarios.

El pinsapo, un exclusivo abeto endémico de las cordilleras béticas que tiene en la Sierra de las Nieves su mayor población y más importante área de distribución es, sin duda, el referente de estos valores. Pero una variada e intrincada geología, un fuerte gradiente altitudinal y una localización geográfica que le permite recibir influencias climáticas tanto desde el mar Mediterráneo como del océano atlántico son algunos de los factores que provocan que estas montañas sean uno de los lugares de mayor biodiversidad de Andalucía y de España.

Por ello, desde hace muchos años en la Sierra de las Nieves se vienen tomando medidas para la gestión ordenada y la protección de su vegetación, fauna, ecosistemas y paisajes, buscando la conservación de la riqueza natural del área en algunos casos y su recuperación y mejora en otros.

La declaración en el ámbito de este territorio de un Parque Natural y dos Monumentos Naturales, su catalogación como Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO, la designación de una Zona Especial de Protección para las AVES y hasta once Zonas Especiales de Conservación integradas en la Red Natura 2000 de la Unión Europea, o su carácter de Reserva Andaluza de Caza, son testimonio de que nos encontramos ante el espacio natural de mayor importancia de la provincia de Málaga y uno de los más destacados de Andalucía.

Pero además de su ya reconocida calidad ambiental, en los últimos treinta años en este territorio se ha ido configurando un modelo de desarrollo social y económico basado en el aprovechamiento ordenado y racional de sus altísimos valores ambientales, históricos, culturales y etnográficos, que ha sido merecedor a su vez de múltiples premios, galardones y reconocimientos nacionales e internacionales de desarrollo sostenible y ecoturismo.

Con este bagaje y carta de presentación, la Sierra de las Nieves tiene un anhelo histórico, ya iniciada en el primer tercio del siglo XX, la de ser reconocida como un espacio natural de alto valor natural y cultural, poco alterado por la actividad humana que, en razón de sus excepcionales valores naturales, de su carácter representativo, la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, merece su conservación una atención preferente y se declara de interés general de la Nación por ser representativo del patrimonio natural español, es decir, convertirse en un Parque Nacional del Estado Español.