Cuando en las tardes
Cuando en las tardes que sobran
las palabras y el día sólo somos tú y yo, cada cual con su espera y sin embargo atados en la misma carrera, en el afán de luz, en la oscura alegría;
cuando nada se entiende sino en tu compañía que le pone a los pasos un eco de bandera, cuando ya todo el sueño se curva en tu cadera y sólo en ella crecen velas, barcos, bahía;
cuando un día se sabe que pueda ser distinto y se enciende la vida mientras amas y mueres, cuando nada es distinto pero todo se evoca;
cuando se pide a un cuerpo la luz de un laberinto y naufragan los días sin saber ni quién eres y me pides silencio con un dedo en la boca.
Javier Egea
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