Cerca de dios
Algunas personas entienden la vida cristiana como
estar bien con Dios y con nadie más.
Viven una búsqueda espiritual que más se
asemeja al budismo y su búsqueda del nirvana
que a la vivencia de Jesús que siempre nos va a
referir a la relación con los hermanos.
"Amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo
como a nosotros mismos".
Les comparto una historia que nos hace pensar
en que la frontera para llegar a Dios pasa por
la relación con el prójimo, y una de las
admoniciones de San Francisco, sobre
el mismo tema.
San Simeón el Estilita hizo levantar una
columna en la plaza de su pueblo. Luego subió
a ella para vivir en lo alto, lejos del mundo
de los hombres.
La columna era muy elevada; sobresalía del
techo de las casas y por encima de las agujas
de la catedral.
Y sin embargo, San Simeón no se sentía cerca de Dios.
-¡Señor! -clamó en su angustia-. ¡Acércame a Ti!...
Y sucedió que con esa plegaria la columna se
acortó un poco.
Siguió pidiendo San Simeón que Dios lo acercara a
Él, y conforme pedía eso la columna se iba
haciendo más y más corta, hasta que un día
el santo se encontró a ras del suelo, junto a
los hombres de los cuales había querido separarse.
Entonces San Simeón aprendió algo:
Mientras más cerca está el hombre de su
hermano, más cerca está de Dios.
Cuántos de nosotros al tratar de acercarnos a
Dios olvidamos a aquellos que necesitan de Él.
Es como querer ser médicos sin atender a ningún
enfermo, sino queriendo estar en el consultorio c
on nuestros títulos dejando de lado a
aquellos que nos necesitan.
Recordemos que estamos dentro del mundo, y
Dios nunca querrá que dejemos olvidados a
quienes Dios mismo nos envía a hablar de Él.