"Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén.
Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo:
Esforzaos a entrar por la puerta estrecha; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.
"Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.
Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste.
Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad.(Metáfora)
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.(Universalidad)
Y he aquí, hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos" (Realidad)
Lucas 13,22-30.
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Comentario San Cesáreo de Arlés (470-543), monje y obispo
“Jesús iba por las ciudades y pueblos enseñando”
"Prestad atención, hermanos muy amados: las santas Escrituras se nos han transmitido, por decirlo de alguna manera, como si fueran cartas venidas de nuestra patria. En efecto, nuestra patria es el paraíso; nuestros padres son los patriarcas, los profetas, los apóstoles y los mártires; nuestros conciudadanos son los ángeles; nuestro rey, Cristo. Cuando Adán pecó, nosotros, por así decir, fuimos echados al exilio de este mundo. Pero, puesto que nuestro rey es fiel y misericordioso mucho más de lo que se puede pensar o decir, se dignó enviarnos, por mediación de los patriarcas y profetas, las santas Escrituras, como si fueran cartas de invitación mediante las que nos invitaba a nuestra eterna y primera patria… Por su inefable bondad nos ha invitado a reinar con él.
En estas condiciones ¿qué idea se hacen de ellos mismos los servidores que… no se dignan leer las cartas que nos invitan a la bienaventuranza del Reino?... “El que ignora será ignorado”. Ciertamente, el que, por la lectura de los textos sagrados descuida sois; no os conozco, alejaos de mí, todos los que habéis hecho negligentemente buscar a Dios en este mundo, Dios, a su vez, rehusará admitirlo en la bienaventuranza eterna. Con razón debe temer que se le cierren las puertas, que se le deje fuera (...) y que merezca escuchar: “No sé quienes el mal”… El que quiere ser favorablemente escuchado por Dios, debe comenzar por escuchar a Dios. ¿Cómo tendrá cara para querer que Dios le escuche favorablemente, si le hace tan poco caso y descuida leer sus preceptos?"
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¡ BUENOS DÍAS DANZA !
***Quetal***
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