“¿Que hombre puede descubrir las intenciones de Dios?
¿Quién puede comprender la voluntad del Señor?
Las reflexiones de los mortales son mezquinas,
Y nuestros pensamientos vacilantes;
Pues un cuerpo perecedero, pesa sobre nuestra alma,
Y esta envoltura de barro, espesa nuestro espíritu
con miles pensamientos...
Nos cuesta mucho representarnos
lo que hay sobre la tierra, y encontramos
con esfuerzos, lo que está a mano;
¿Quién ha descubierto lo que está en los cielos?
¿Y quién habría conocido tu Voluntad,
Si no nos hubieras dado la Sabiduría
y enviado desde lo alto tu Santo Espíritu?
Es así como los caminos de los habitantes de la tierra
se han vuelto rectos, es así como
los hombres han aprendido lo que te agrada,
Y por la Sabiduría son salvados”
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Libro de la Sabiduría, 9,13-18
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