A nuestra Sra. Del Consuelo
Alguien me ha dicho que Tú, Virgencita del Consuelo,
Eres paz y eres bonanza
De quien sufre en el silencio.
¡Dame tu amor, Madre mía!
No me dejes de tu mano
Porque sin Ti, yo me pierdo!
Yo sé que en tiempos remotos,
Hiciste un milagro inmenso
A unos hombres que morían
Sin encontrar, ya , remedio.
Entre los mares bravíos,
Un barco se estaba hundiendo
Batido por grandes olas
Y bajo nublos muy negros.
Alguien invocó Tu nombre
En aquél hórrido infierno,
Y entre el rugir de las aguas
Y el tronar del firmamento,
Apareciste valiente
A salvar los marineros.
Aquellos hombres curtidos,
Por el sol y por los vientos,
Contemplaron Tu figura
Con un éxtasis de ensueño.
Y ante Ti se arrodillaron
Y rezaron, sin saberlo,
Oraciones ignoradas
Que se fueron con el tiempo.
Se disipó la tormenta
Y Tu imagen se fue luego.
El barco volvió a bogar
En un mar limpio y sereno.
Todos los pueblos del Sur
Recorrieron con anhelo,
Buscándote con ahínco
Para rezarte de nuevo.
Te colmaron de riquezas;
Te dejaron sus secretos;
Se fueron por otros lares
Más te llevaron con ellos.
¡ Por eso recurro a Ti,
Virgencita del Consuelo,
Porque llevas alegría
A quien sufre en el silencio…!
♥♥♥