Hasta el presente, la dinastía borbónica se ha mantenido en el trono español, desde el siglo XVIII, cuando reemplazó a la dinastía de los Habsburgo o Casa de Austria, aunque con algunos tropiezos.
El último rey de la casa de Austria fue Carlos II, el Hechizado, quien falleció sin descendencia en el año 1701 instalándose la dinastía de los Borbones en España, siendo su primer rey, Felipe de Anjou, segundo nieto del rey Luis XIV de Francia y de María Teresa de España, quien asumió como Felipe V. Éste era el pariente más cercano de Carlos II, aunque María Teresa había renunciado a sus pretensiones al trono español, al contraer enlace con Luis XIV. La resistencia al reconocimiento del nuevo rey, a quien no se consideraba legitimado por la renuncia hecha por su madre, desembocó en la Guerra de Sucesión española, en 1702, donde Castilla apoyó a Felipe V y el reino de Aragón a Carlos de Austria, luego de la cual, Felipe fue reconocido, aunque debió prescindir de sus derechos sobre el trono francés.
La dinastía borbónica nació como una rama menor de la casa de los Capeto, que tomó el nombre del castillo de Bourbon, hoy Bourbon-l’Archambault, del que fueron propietarios los señores de Bourbon, vasallos del conde de Bourges.
Felipe V gobernó desde el año 1700 a 1724, primero con consejeros franceses, luego desplazados por españoles ilustrados, sucediéndole Luis I por un breve período y reasumiendo su mandato el primero, hasta 1746. En dicho año el trono español fue ocupado por Fernando VI, quien gobernó hasta 1759, sucediéndole, Carlos III hasta 1788 y Carlos IV hasta 1808.
Durante el reinado de Felipe V, se originó la rama siciliana de la dinastía borbónica, cuando junto a su segunda esposa, Isabel de Farnesio, les adjudicó a su descendencia, tronos en Italia.
La política borbónica puso fundamental énfasis en fortalecer el estado absolutista y someter a los grupos que cuestionaran la autoridad real, ya sea la iglesia o los grupos rebeldes de las colonias.
Con Carlos III, se realizaron una serie de reformas en las colonias españolas en América, con el fin de explotar mejor sus recursos, para generar mayores ingresos a la Metrópoli, que se hallaba económicamente debilitada. Para ello, creó el sistema de intendencias, cuyos intendentes eran nombrados por la Corona, con el fin de asegurarse que las decisiones impuestas en territorio americano serían las que emanaban de España. En 1776, creó los virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata, para evitar el avance portugués y contra los intereses comerciales ingleses.
En 1778, se sancionó el reglamento de Libre Comercio, que eliminó el sistema de puertos únicos en España y en América, permitiéndose a comerciar entre otros puertos americanos, lo que no significaba eliminar el monopolio comercial, ya que las colonias seguían autorizadas a comerciar sólo con España y no con otros países. Estableció además una fuerte presión tributaria. Esto originó un gran descontento en las colonias.
La crisis más significativa de la autoridad española, sucedió durante el reinado de Carlos IV, cuando se enfrentó a su hijo, el príncipe de Asturias, que luego alcanzaría el poder, bajo el nombre de Fernando VII.
El rey Carlos IV, quería para sucederle a Manuel Godoy, pero fue impedido por algunos atentados organizados por los allegados al príncipe de Asturias, como la conjura de El Escorial en 1807, (intento frustrado) y el motín de Aranjuez en 1808, rebelión popular que tuvo como desenlace la abdicación del trono por parte de Carlos IV y la proclamación de Fernando VII como soberano.
Napoleón Bonaparte ocupó España, y en 1808, en Bayona, recibió por parte de Carlos IV y de Fernando VII el trono español, que fue cedido por Napoleón a su hermano José.
La dinastía borbónica, se continuó con Fernando VII que gobernó desde 1808 hasta 1833, Isabel II desde 1833 hasta 1868. En 1868, se produjo en España una revolución, que obligó a huir a Isabel II, constituyéndose un gobierno provisional, que promulgó la constitución de 1869, que impuso una monarquía constitucional como forma de gobierno. El cargo fue ocupado por el hijo del rey de Italia, el duque de Aosta, Amadeo de Saboya. El 11 de febrero de 1873, renunció a su cargo al no poder enfrentar una grave oposición que incluso pretendió atentar contra su vida, siendo el único rey no Borbón en todo el período.
Entre 1873 y 1874, se instauró la Primera república Española. En 1875, se produjo la restauración borbónica, y asumió el mando Alfonso XII quien gobernó durante una década. Entre 1886 y 1931, el trono fue ocupado por Alfonso XIII. En 1931 se instaló la Segunda República. Entre 1936 y 1939, se produjo la guerra civil española que desembocó en el gobierno dictatorial de Franco, y en 1975, se produjo la llamada Transición Española, que la llevó hacia un estado de derecho y asumió Juan Carlos I, actual rey de España.