Una voz recorre la tierra,
Dios se acerca de noche;
la semilla de luz,da al fin su fruto.
He aquí la hora del Reino.
El arbol muerto ha florecido;
mas ante el Hijo del Hombre,
¿Quién podrá resistir?
Al Oriente,su día se levanta,
a nadie escapa su llegada;
Su Palabra como una espada
pone los corazones al desnudo.
Y el Cordero de fuentes vivas,
Dios hecho carne en nuestro tiempo,
cada día,bajo humildes signos,
viene a nuestro encuentro.
Ofrécele tus manos abiertas,
toma su cuerpo,entregado por tí;
Su amor será tu fiesta,
Dale tu fe...
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Quetal
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