Hablando de anécdotas
Existe una anécdota que, sea verdad o leyenda,
pinta muy bien a Thomas Alba Edison.
Cierta vez que el inventor estaba trabajando en
el perfeccionamiento de su primera lámpara
incandescente, le entregó una bombilla
terminada a un joven ayudante, quien se puso
muy nervioso y la llevo paso a paso
escalera arriba, pero en el último peldaño la
dejo caer. Todos los colaboradores de
Edison tuvieron que
trabajar otras 24 horas para hacer una nueva
bombilla.
Al cabo, el ilustre científico se la entregó
al mismo muchacho.
Ese gesto probablemente cambió la
vida del joven.
Edison sabía que estaba en juego
algo más que el foco.
James Newton