El ancla
Antes de echar el ancla en el tesorodel amor
postrimero, yo quisiera correr el mundo en
fiebre de carrera, con juventud, y una pepita
de oro en los rincones de mi faltriquera.
Abrazar a una culebra del Nilo que de Cleopatra
se envuelva en la clamide, y oir el soliloquio
intranquilo de la Virgen Maria en la Piramide.
Para desembarcar en mi pais, hacerme niño
y trazar con mi gis, en la pizarra del colegio
anciano, un rostro de perfil Guadalupano.
Besar al indostan y a la oceania, a las fieras
rayadas y rodadas, y echar el ancla a una
paisana mia de oreja breve y grandes
arracadas.
Y decir al amor: De mis pecados, los mas
negros estan enamorados; un miserere se alza
en mis cartujas y va hacia ti con pasos de bebe
como el candido islote de burbujas navega
por la taza de cafe.
Ramon Lopez Velarde
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