Numerosos estudios revelan que los colores influyen en el estado de ánimo, sin embargo, no se ha podido demostrar científicamente que los colores sean un elemento clave que ayude a la curación. Por ello, tratamientos como la cromoterapía, son considerados como terapias alternativas naturales, ya que no cumplen los requisitos para ser considerados una medicina fiable.
Lo que está claro, es que aunque los colores no sean el factor determinante para curar alguna dolencia, sí pueden cambiar nuestras emociones. Los colores influyen en el estado de ánimo, aunque sea en un pequeño tanto por ciento.
El rojo, el naranja y el amarillo
El rojo, naranja y amarillo son colores excitantes, que activan y dan energía. Incitan a la actividad y dan ánimo. Indicados para las personas que se sienten decaídas, con tendencia al desánimo. Si queremos dar una sensación de optimismo, estaría bien llevarlos en invierno, ya que ópticamente dan calor y vivacidad.
A la hora de decorar las paredes de una habitación, estos colores que “encienden” y dan energía, podrían ponerse en lugares donde queramos ejercer actividad y nunca en sitios donde queramos aportar calma y relax.
El verde, el azul y el violeta
Son colores sedantes que aportan tranquilidad. Incitan a la relajación. El verde, azul y violeta tienen un efecto de sedación y paz para la mente. Son ideales para llevar en entrevistas de trabajo, ya que transmiten calma, sinceridad y responsabilidad.
El verde de la naturaleza, el azul profundo del cielo, el violeta elegante de las flores, todos ellos llevan el mensaje de curación emocional. Ideales para poner en las paredes de sitios donde queramos abandonarnos al relax.
El blanco y el beige
Son colores neutros y fríos. El blanco y el beige son símbolos claros de la pureza y la simplicidad. Ideales para poner en sitios donde queramos una máxima concentración. No producen cambios emocionales y por ello el sitio ideal para pintar las paredes de blanco seria una habitación de estudio. Perfecto para llevar en verano por su efecto refrescante.
El rosa y el fucsia
El color rosa claro transmite bondad, inocencia y buenas intenciones, aunque también inconscientemente puede interpretarse como inmadurez. Ideal para llevar si necesitas que alguien confíe en ti para algo.
En cuanto a las decoraciones, se suelen utilizar para la infancia, aunque todavía a muchas personas maduras les encanta y no por ello tiene que ser negativo, ya que este color simboliza el altruismo, buen corazón y sensibilidad.
El color fucsia, que sería un rosa más fuerte y potente, se podría comparar a los colores que activan y dan energía, como el rojo, naranja y amarillo, de los que hablé en el inicio.
El negro y el gris
El color negro transmite tristeza y pesimismo, pero en la vestimenta aporta elegancia y seriedad. No sería recomendable llevar en verano ya que ópticamente nos da la sensación de calor y poca frescura.
El color gris también aporta tristeza, pesimismo y malas vibraciones. En la vestimenta tiene un significado de independencia, desconfianza, aburrimiento, desánimo, aunque también transmite respeto, profesionalidad y seriedad.
¿Por qué elegimos un color u otro al vestir?
Cuando nos vestimos, inconscientemente solemos hacerlo en función de las emociones que tengamos en ese momento. Si eres consciente de lo que aporta cada color, puedes dar un giro a tu estado de ánimo. Normalmente cuando alguien se levanta negativo, siente decaimiento y desánimo, tenderá a escoger colores apagados y pesimistas, en cambio, cuando nos levantamos contentos y de buen humor, sí escogemos colores alegres.
Si vas en contra de lo que harías de forma natural, puedes cambiar tu estado de ánimo. Para ello analiza qué emociones tienes y ponte acorde a cómo te gustaría estar, por ejemplo, te levantas un día y te analizas: “hoy me siento sin vitalidad, pero justamente por eso voy a darle color a mi vestimenta” y de repente te pones una camiseta roja y sonríes.
De esa manera tú mismo te incitas a la acción y a subir la moral. Aunque los colores no hagan milagros, ten por seguro que habrás contribuido a mejorar tus emociones usando el color que necesites en cada momento. Si te levantas estresado y necesitas relajación, puedes optar por colores relajantes como el azul, verde o violeta.
También teniendo en cuenta dónde tienes que ir y qué impresión necesitas causar, ya que no es lo mismo salir en un ambiente amistoso, que ir a una reunión importante. Está demostrado que los colores influyen en el estado de ánimo y aunque no sea en un alto grado, cada grano de arena que juntes a tu favor mejorará tus emociones.
de la red - Cristina Perez