Podemos creer que todo lo que la
vida nos ofrecerá
mañana es repetir lo que hicimos ayer y hoy.
Pero, si prestamos atención, percibiremos que
ningún día es igual a otro.
Cada mañana trae una bendición escondida;
una bendición que solo sirve para este día y que
no puede guardarse o desaprovecharse.
Si no usamos este milagro hoy, se perderá.
Este milagro esta en los detalles de lo cotidiano;
es preciso vivir cada minuto porque allí
encontramos la salida de nuestras confusiones, la
alegría de nuestros buenos momentos, la pista
correcta para la decisión que ha de ser tomada.
No podemos dejar nunca que cada día parezca
igual al anterior porque todos los días son diferentes.
Presta atención a todos los momentos, porque
la oportunidad, el “instante mágico”,
esta a nuestro alcance.