El amante y la espiga
Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; Porque fuerte es como la muerte el amor... CANTAR DE LOS CANTARES 8,6
I
Mi cuerpo es claro, el tuyo oscuro y en la aromosa claridad nocturna nuestras lenguas se enlazan con negritud de día
este deseo que nos invade lo sé, viene de ser otros continentes otros ríos que buscan cauce hasta llegar al territorio donde el color de nuestra piel desaparece y encuentra esta infinita luz que nos traspasa
II
Soy la tierra y tú el ángel busco cielo y tú costa eres la tempestad que inaugura mi ser de mil maneras
nada es más grande que tu vuelo ni nada más telúrico que mi carne abierta para ti
III
Tiemblo debajo tuyo como una hoja cuyo rocío es tu semen
IV
Tú tienes el deseo entre las manos me tocas y soy tuya crepito, como el relámpago estoy viva
soy agua que te sacia tengo las redondeces de la tierra la voluptuosidad del río
pero me alejas de este mundo oscura e invisible
V
Te vi de pronto como un deslumbramiento ante la aurora y reconocí tu piel como el amanecer reconoce la noche que termina
VI
Por qué, desconocido llegas y levantas mi falda abres mi blusa y besas mis senos claros con una furia tan sólo imaginada por el ciclón que arrasa nuestros campos
VII
Pasan los días y comienzas a decirme cómo debo arreglarme el pelo los labios naturales las flores por perfume
sigues lamiéndome el cuerpo de espuma que provoca tu deseo
VIII
Cuando el manto de la noche besa los labios de la arena un aliento de mar de nubes de tus manos surge como navío nuevo
mi barca es una playa y un verano que germina tu cuerpo un dios donde se acuesta el alba
IX
Somos dos animales hambrientos de deseo Nada es sucio, me dices mientras cabalgas en mi cuerpo y la violencia de nuestros sexos enjoyados florece como espigas
X
El día se nubla de tanta conmoción temprana debo olvidar que te llevo como una espira que trepida
XI
Para besarte es que me escapo templo sagrado donde la llama oficia eres azul y rojo como el ardiente cielo dorado mar: mañana lloverán semillas y nuestros cuerpos florecerán de cantos.
Leticia Luna
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