Cuando retornas
En la desolación del tiempo ausente, en la tristeza que, de pronto, nace, en tanto amor perdidamente muerto inclemente se eleva un insomne cuchillo que esparce por altas galerías del renacido otoño sus nostalgias.
En los cantos rodados de su cauce busco una piedra ardiente, un fuego mío que habitara mi sangre en otro tiempo, entonces llegas con el pelo al viento, entonces gimes como fuera entonces, entonces miro tu perfil desnudo, tras miles de momentos renaciendo, y vuelves a ser tú y yo retorno a tus frutales labios y a tus besos, y de nuevo las ansias nos despojan de instantes y vestidos, entonces, ya desnudos de nostalgias y de angustias, nos inundan las aguas que clamaban, que rompían las ventanas y las tapias. Amada, ahora de nuevo entre mis brazos, atravesando el polvo y la ceniza, retornas inmortal, tiendes las manos: y el amarillo contraluz del tiempo esconde su derrota y su fracaso.
Manuel Parra Pozuelo
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