Ubicado en un extenso parque de árboles centenarios, cercano a Santander, este histórico balneario
obtuvo la declaración de utilidad pública de sus aguas en 1828. A
principios del siglo XX, durante la «Belle Époque», se convirtió en la
primera estación balnearia de Cantabria y un siglo después,
completamente reformado, reabrió sus puertas recuperando su esplendor y
manteniendo su bello estilo clásico para dar lugar a un espacio único de
bienestar, salud y belleza.
Las aguas termales del Manantial de Fuencaliente
son bicarbonatadas, cloruradas, cálcicas y sódicas y están indicadas
terapéuticamente en tratamientos digestivos, metabólicos, antiácidos,
antiinflamatorios, diuréticos y del sistema nervioso. Son también
idóneas para tratamientos termo lúdicos, de belleza, rehabilitación y
problemas psicológicos y del sistema nervioso, como el insomnio y el
estrés.
Cuenta con una gran Piscina Termal interior de 849 metros,
circuito de contrastes «Balnea Termal» y cabinas para tratamientos.
Además sus modernas instalaciones lo hacen apto para la
aplicación de masajes manuales, fangoterapia, algoterapia, duchas
termales, bañeras de contrastes y todo tipo de tratamientos de belleza
masculinos y femeninos.
Antigua tradición balnearia
El
Balneario de Solares proviene de la antigua tradición balnearia que se
remonta al siglo XVIII. El complejo termal y hotelero tuvo su época de
esplendor clásico a finales del siglo XIX y principios del XX cuando se
convierte por derecho propio en la primera estación balnearia de
Cantabria atrayendo a numerosos visitantes que demandan la calidad y
características de sus agua y sus establecimientos. Tras años de éxitos
el Hotel Balneario de Solares se cerró al público en 1976 y no sería hasta 2006 tras unas importantes obras de restauración cuando vuelve a la actividad termal y hotelera.