Me gusto que lloraras
¡Qué blandos ojos sobre tu falda!
No sé. Pero tenías de todas partes, largas mujeres, negras aguas.
Quise decirte: hermana. Para incestar contigo rosas y lágrimas.
Duele bastante, es cierto, todo lo que se alcanza. Es cierto, duele no tener nada.
¡Qué linda estás, tristeza: cuando así callas! ¡Sácale con un beso todas las lágrimas!
¡Que el tiempo, ah, te hiciera estatua!
Jaime sabines
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