Horal
Lento, amargo animal que soy, que he sido, amargo desde el nudo de polvo y agua y viento que en la primera generación del hombre pedía a Dios.
Amargo como esos minerales amargos que en las noches de exacta soledad ?maldita y arruinada soledad sin uno mismo? trepan a la garganta y, costras de silencio, asfixian, matan, resucitan.
Amargo como esa voz amarga prenatal, presubstancial, que dijo nuestra palabra, que anduvo nuestro camino, que murió nuestra muerte, y que en todo momento descubrimos.
Amargo desde dentro desde lo que no soy ?mi piel como mi lengua? desde el primer viviente, anuncio y profecía.
Lento desde hace siglos, remoto ?nada hay detrás?, lejano, lejos, desconocido.
Lento, amargo animal que soy, que he sido.
Jaime Sabines
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