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Nunca mía
Soñé que en las instancias de mi ruego tu amor me prometiste enamorada, y al brillo de la luz de tu mirada para siempre quedé tu esclavo ciego.
Al estrecharte entre mis brazos luego hiciste alarde de la fe jurada, y con tu boca ardiente y perfumada me contagiaste tu pasión de fuego.
Mas todo era un engaño torturante, vana ilusión que vio mi fantasía en ese paraíso de un instante:
¡Porque lejos de mí, ceñuda y fría, llenas de hiel mi corazón amante siendo de todos, pero nunca mía....!
Demetrio Korsi
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