En el camino
I
Resuelve tornar al padre
No temas, Cristo rey, si descarriado tras locos ideales he partido: ni en mis días de lágrimas te olvido, ni en mis horas de dicha te he olvidado.
En la llaga crüel de tu costado quiere formar el ánima su nido, olvidando los sueños que ha vivido y las tristes mentiras que ha soñado.
A la luz del dolor, que ya me muestra mi mundo de fantasmas vuelto escombros, de tu místico monte iré a la falda,
con un báculo: el tedio, en la siniestra; con andrajos de púrpura en los hombros, con el haz de quimeras a la espalda.
II
De cómo se congratularán del retorno
Tornaré como el Pródigo doliente a tu heredad tranquila; ya no puedo la piara cultivar, y al inclemente resplandor de los soles tengo miedo.
Tú saldrás a encontrarme diligente; de mi mal te hablaré, quedo, muy quedo... y dejarás un ósculo en mi frente y un anillo de nupcias en mi dedo;
y congregando del hogar en torno a los viejos amigos del contorno, mientras yantan risueños a tu mesa,
clamarás con profundo regocijo: «¡Gozad con mi ventura, porque el hijo que perdido llorábamos, regresa!»
III
Pondera lo intenso de la futura vida
¡Oh sí!, yo tornaré; tu amor estruja con invencible afán al pensamiento, que tiene hambre de paz y de aislamiento en la mansa quietud de la cartuja.
¡Oh sí!, yo tornaré; ya se dibuja en el fondo del alma, ya presiento la plácida silueta del convento con su albo domo y su gentil aguja...
Ahí, solo por fin conmigo mismo, escuchando en las voces de Isaías tu clamor insinuante que me nombra,
¡cómo voy a anegarme en el mutismo, cómo voy a perderme en las crujías, cómo voy a fundirme con la sombra!
Amado Nervo
ArtByDamita2009
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