Noche mendiga
En los telares eternos, las
brujas tejen fantasmas
para estas noches de invierno.
La geometría gris
de la tristeza descuelga un arco
trágico sobre el
lomo del tiempo.
Madre Miseria ríe, piruetea y
danza en el circo
de las desgracias; en las callejuelas
mendigas,
los perros hambrientos aúllan,
aúllan hasta hacer
rodar sobre las sombras los
aros fríos del silencio...
Luna medio apagada, lluvia fina
y nerviosa. La ciu-
dad mendiga duerme cubierta con
sus harapos. Madre
Miseria ronda...
y un perro triste lame la luna en-
ferma.
Emma Posada
1930