¿Quién fue San Fermín?
Según cuenta la leyenda, San Fermín era hijo del jefazo romano de Pamplona hacia el siglo III. Un cura francés que estaba de visita por aquí, San Saturnino, lo convirtió al cristianismo, así que se fue a Toulouse (Francia) a hacer un máster de obispo y volvió para liberar al pueblo trabajador de sus supersticiones. Luego regresó otra vez a Francia, cristianizó a miles de paganos y se quedó a vivir en Amiens.
Alguna bronca debió de tener con las autoridades, porque acabó torturado y degollado. Su cuerpo reposa en Amiens, aunque anda repartido por ahí en forma de reliquias (en Pamplona hay tres).
La verdad es que con este curriculum, es una ironía que le den tu nombre a una bacanal famosa en todo el mundo. Así es la vida. De todos modos no todo en estas fiestas es juerga. Al santo le dedicamos una procesión muy bonita el día de su onomástica y él, en agradecimiento, nos hace de doblador en los encierros protegiendo a los corredores: es lo que llamamos el famoso “capotico de San Fermín”.